Sistema Óseo

El mecanismo locomotor está formado por el aparato músculo-esquelético. El esqueleto, la parte pasiva del aparato, se compone de huesos, cartílagos y articulaciones. Los músculos cumplen la función activa: de ellos depende el movimiento.

El sistema óseo humano es un conjunto de 206 huesos, repartidos entre el esqueleto axial (llamado así porque constituye el eje esquelético: cráneo, columna vertebral, costillas y esternón) y el esqueleto apendicular, formado por los huesos de las extremidades y sus respectivas uniones, o cinturas, que los ensamblan con el esqueleto axial.

El tejido óseo está compuesto de sustancias inorgánicas -fosfato y carbonato de calcio- (55 %), una sustancia orgánica, la osteína (28 %), y agua (17 %). Las células óseas se llaman osteocitos. En el hueso compacto se disponen en círculo, alrededor de unos canales denominados conductos de Havers, provistos de nervios y diminutos vasos sanguíneos y linfáticos.

En la edad temprana, el tejido óseo es de consistencia cartilaginosa. Con el tiempo el cartílago se torna más rígido y sólido, sin perder su flexibilidad, hasta que por el constante depósito de sales de calcio se transforma en hueso. Por ser materia viva, los huesos pueden regenerarse después de una fractura. El tejido óseo está cubierto por tejido conectivo (periostio), que disminuye a medida que avanza la edad del individuo.

Las tres funciones principales del sistema óseo son de sostén, protección y movimiento. El sostén se logra por la inserción de tejidos y órganos en distintos sectores. Ciertas partes del esqueleto brindan protección por la forma en que se disponen, pudiendo albergar órganos. Así, el cráneo, por ejemplo, protege el encéfalo y la caja torácica al corazón, los pulmones y otros órganos. Para cumplir con la función de movimiento, algunos huesos poseen forma de palanca, lo que les proporciona gran potencia. Por su forma y tamaño, los huesos pueden ser anchos, planos, cortos o largos. Los largos son huecos, y poseen en su interior una sustancia viscosa y amarillenta, la médula ósea. La médula ósea produce células de la sangre, y otras que intervienen en la protección del cuerpo contra infecciones y degeneración celular. El cráneo, el esternón y el coxal son huesos anchos y planos; las vértebras son huesos mixtos, los de la mano son huesos cortos, y los de brazos y piernas, largos y huecos.

Cráneo
El cráneo aloja y protege al cerebro. Está formado por ocho huesos, cuatro únicos (frontal, esfenoides y etmoides) y cuatro en pares (dos parietales y dos temporales). En la cara se agrupan catorce huesos: la mandíbula inferior y el vómer, que forma parte del tabique nasal, son únicos, y el resto aparece en pares (nasales, unguis, cornetes inferiores, malares, palatinos y maxilares superiores). Los huesos del cráneo se articulan entre sí y con los del cara mediante suturas, articulaciones inmóviles que durante los primeros los primeros años de vida están unidas sólo por tejido fibroso. El hueso occipital, situado en la parte posterior del cráneo, tiene una cavidad llamada agujero magno, a través de la cual pasa la médula espinal. Este hueso se articula con el atlas, primera pieza de la columna vertebral.

"Los huesos largos, como el fémur, son huecos y en su interior se encuentra la médula ósea. Los extremos están formados por hueso esponjoso rodeado de hueso compacto"

Columna vertebral
La columna vertebral es una sucesión de huesos distribuidos en 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares y otras tantas sacras, y 3 a 5 coccígeas. Las primeras 24 vértebras son independientes. Las sacras se sueldan y forman el hueso sacro, y las coccígeas se unen en una pieza llamada cóccix en el extremo inferior de la columna.
Entre cada par de vértebras hay un disco cartilaginoso que amortigua la fricción de los huesos en el movimiento. Las dos primeras vértebras, el atlas y el axis, trabajan en conjunto. El atlas rota sobre un eje vertical y se apoya en el axis. Esta combinación permite los movimientos de la cabeza, de arriba abajo y hacia los costados.
La columna vertebral presenta cuatro curvaturas: cervical, dorsal, lumbar y sacrococcígea. En su interior aloja a la médula espinal, en un canal que queda formado por el cuerpo de cada vértebra y por tres prolongaciones salientes, o apófisis.

La caja torácica
El tórax es un conjunto de 12 pares de costillas. Los primeros 7 pares se unen por medio de cartílagos a un hueso plano delantero llamado esternón; los tres pares siguientes se unen al séptimo par, razón por la cual se los denomina costillas falsas; los dos últimos están compuestos por costillas flotantes, más cortas y libres por delante.

Las costillas, las vértebras dorsales y el esternón forman una cavidad que aloja al corazón y los pulmones. El tórax interviene en la respiración, ya que se ensancha en cada inspiración. Mide unos 15 cm en su área delantera, y el doble por detrás y a ambos lados.

Huesos de la extremidades 
El esqueleto consta de dos pares de extremidades, superiores e inferiores. Se articulan con el esqueleto axial, por medio de la cintura torácica el primero, y de la cintura pelviana el segundo. El hombro, el brazo, el antebrazo y la mano forman la extremidad superior. El hombro tiene dos huesos (omóplato y clavícula); el brazo, uno (húmero); el antebrazo, dos (cúbito y radio), y la mano, 27 (agrupados en carpo, metacarpo, falanges, falanginas y falangetas). La extremidad inferior está formada por la pelvis (hueso coxal o ilíaco, que unido a su par de la otra extremidad constituye la cintura pelviana); el muslo, compuesto por el fémur, el hueso más largo del sistema; la pierna, formada por rótula, tibia y peroné, y el pie, con 26 piezas, agrupadas en tarso, metatarso, falanges, falanginas y falangetas.

"Todos los huesos del cuerpo están recubiertos por el periostio, una vaina fibrosa que contiene muchos de los vasos sanguíneos que llegan hasta el tejido óseo. Las células óseas se disponen alrededor de los conductos de Havers, provistos de nervios y vasos sanguíneos y linfáticos"

Articulaciones
Una articulación es la unión de dos o más huesos, con intervención o no de partes blandas. Hay articulaciones fijas (sinartrosis), semimóviles (anfiartrosis) y móviles (diartrosis).

Las sinartrosis, llamadas suturas, unen los huesos del cráneo por medio de tejido conectivo. Las anfiartrosis conectan huesos de poco movimiento, como los de la columna vertebral. Las diartrosis, articulaciones de gran movilidad, ayudan a mover las extremidades, cuyos huesos se unen en articulaciones con cartílagos, que los protegen de roces y presiones. 

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Hebreos

El pueblo hebreo se radicó hace unos 2 000 años a.C. en Caldea, una región de la Mesopotamia, que en ese momento se encontraba dominada por los sumerios y los acadios.

De origen semita, estaban organizados en tribus, lideradas por patriarcas, que ejercían una autoridad absoluta sobre los súbditos. El más célebre de ellos fue Abraham, nacido en Ur, cuyo nieto Jacob, descendiente de su hijo Isaac, fue llamado Israel, nombre que significa combatiente de Dios, de quien más tarde su pueblo adoptaría el nombre, y lo conservaría hasta la actualidad.

Diferenciándose de la mayor parte de los pueblos de Oriente, que eran politeístas, los hebreos creían en un solo dios, al que llamaban Jehová, que significa el ser absoluto y eterno, al que le atribuían la creación de todas las cosas. La relación del pueblo con su dios se manifestaba en el cumplimiento de una conducta recta, basada en la fidelidad hacia el creador, y en la justicia que regía todos los actos de la vida cotidiana.

En la Biblia, de enorme valor histórico, literario y artístico , se reconocen doce hijos de Jacob, que se convirtieron, a su vez, en jefes de las doce tribus en las que se dividieron los hebreos.

Afectado por el hambre, hacia 1 700 a.C. el pueblo hebreo se trasladó a Egipto (por cierto, tengo una publicación sobre esta civilización, si deseas leerla al final de esta publicación encontrarás este enlace), donde fue reducido a la esclavitud durante cuatro siglos.

En 1 300 a.C. emigraron hacia Palestina, bajo el liderazgo de Moisés (salvado de las aguas), llevando a cabo un éxodo que duró cuarenta años, y durante el cual este líder entregó a su pueblo los Diez Mandamientos o Tablas de la Ley recibidas en el Sinaí, mediante las que fundamentarían la base de su sociedad. Moisés murió sin poder llegar a la Tierra de la Promisión, la tierra de Canaán, por lo que fue Josué quien terminó de conducir al pueblo hebreo.

La Tierra de Canaán 
El ingreso de los hebreos a esta región fue un proceso muy lento y duró hasta el siglo XI a.C. Los israelitas al principio se asentaron en las regiones montañosas, donde el número de habitantes era escaso. Gradualmente fueron ocupando parte de la llanura, donde pudieron desarrollar la agricultura.

Al arribar a la costa del Mediterráneo se enfrentaron con los filisteos, un pueblo proveniente del mar, establecido en la franja costera comprendida entre Gaza y Haffa. Para organizar la guerra contra los filisteos, las tribus israelitas se unieron bajo una monarquía encabezada por Saúl. Este fue sucedido por David, rey que gobernó desde el año 1 000 hasta 962 a.C. De temple guerrero, legislador y poeta, compuso cantos religiosos de gran importancia para la cultura de su pueblo. El mayor número de estas alabanzas le pertenecen y fueron recopiladas en el libro Salterio, que consta de 150 salmos o himnos religiosos. Cuando el rey David venció a los filisteos, sometió a otros pueblos de la región, entre los que se encontraban los moabitas y los arameos. Al morir David lo sucedió su hijo Salomón, quien imprimió al reino de Israel los rasgos de una clásica monarquía de Oriente: organizó una eficaz administración para mejorar la recaudación de impuestos, además de fortalecer el ejército.

Salomón fue el responsable de la construcción del célebre templo de Jerusalén. También hizo construir un magnífico palacio en el bosque del Líbano. El monarca incentivó el intercambio con los otros Estados de la región, como el reino de Tiro, y numerosas ciudades de lo que hoy es Arabia. También mantuvo un intenso comercio con el reino de Saba y la región de Ofir, en la Península Arábiga.

Invasiones y exilio
Tras la muerte de Salomón, el Estado se dividió en dos: Israel y Judá. En 597 a.C. el rey babilonio Nabucodonosor sitió y saqueó Jerusalén, que fue reconstruida y debió soportar un nuevo ataque babilonio en 586 a.C. Los persas terminaron con la hegemonía de Babilonia y liberaron a los israelitas de su dominación. Los hebreos retornaron a Jerusalén y reconstruyeron el templo en 520 a.C. y las murallas de la ciudad en 445 a.C. En 70 d.C., el romano Tito incendió la ciudad; allí comenzó el exilio del pueblo hebreo.

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Medos y persas

Los medos y los persas eran pueblos de origen indoeuropeo procedentes del Turquestán. En su trayecto nómada,alrededor del siglo X a.C., se establecieron en el oeste de la meseta ocupada, actualmente, por el territorio de Irán. Los medos se alojaron en el norte, los persas ocuparon el sur. Poseían la misma lengua y un modo de vida y costumbres semejantes.

Tras haber sido sometidos por los asirios, la región se unificó en el Estado Medo, fundado por Dejocés, quien sentó la capital Ecbatana.

En 550 a.C., el monarca persa Ciro derrotó al rey medo Astiages, ocupó la capital meda y anexó su territorio al de Persia, fundando el primer Imperio Persa, con capital en Babilonia; y luego emprendió una campaña contra el reino de Lidia, sobre el mar Egeo, en el Asia Menor. Los lidios pretendían dominar a los persas, y para ello intentaron establecer una alianza con la ciudad griega de Esparta y el Imperio Egipcio. Cuando Ciro descubrió la maniobra, atacó Lidia, se apoderó de su capital, Sardis, y formó de esta manera un vasto imperio que se extendió desde el mar Caspio hasta las orillas del Egeo.

A su muerte lo sucedió su hijo Cambises, quien conquistó Egipto en 525 a.C. y, con la ayuda de Grecia y Fenicia, se proclamó faraón. Cambises fue sucedido por Darío, quien dividió el Imperio en 20 provincias gobernadas por sátrapas. Estos tenían el poder absoluto en su distrito pero las decisiones importantes eran consultadas a Dario.

Durante este reinado hubo conflictos con Grecia, que desembocaron, en 493 a.C., en el estallido de las Guerras Médicas. El poderoso ejército persa sufrió numerosas derrotas frente a los griegos, como la batalla de Maratón, en 490 a.C.

Tras la muerte de Darío (485 a.C.), su hijo Jerjes se convirtió en emperador. Cuando el rey macedonio Alejandro Magno derrotó a Darío III en 336 a.C., el Imperio Persa de desmoronó.

La religión persa era la creada por Zoroastro, quien vivió entre los siglos VIII y VII a.C. Este planteaba la existencia de una dicotomía entre el bien y el mal, y cada individuo debía escoger entre uno de esos dos caminos.

India
La India es una península de 3 300 000 kilómetros cuadrados que se extiende desde los montes Indu Kush e Himalaya hasta el océano Indico. En su territorio se asentaron pueblos arios procedentes del centro de Asia. La población se dividía en castas: los brahmanes (sacerdotes), los chatrias (guerreros y magistrados), los vaisias (agricultores, pastores y comerciantes), los sudras (sirvientes de las castas superiores) y, por último, los parias, considerados impuros e intocables. Los hindúes basaban su religión en los Vedas. Después del período védico, se impuso un nuevo sistema social, político y religioso que estaba centrado en el culto a Brahma, ser supremo creador del universo. En el siglo VI a.C. un joven príncipe llamado Siddharta sentó las bases de la religión budista, que se prolongaría a través del tiempo.

China
Los primeros testimonios que se tienen de la cultura china se remontan a 2 000 a.C. En 1 500 a.C., China ingresó en la historia con su escritura ideográfica. La primera dinastía, Shang, gobernó entre 1 480 y 1 050 a.C. Pero ésta sólo rigió en una porción limitada del territorio. Con la dinastía Qin, en el 221 a.C., el Imperio expandió su territorio, hasta alcanzar casi las dimensiones de la China actual.

"La gran muralla China se construyó en el siglo III a.C. como defensa contra los ataques de los tártaros. Mide 3 000 kilómetros y tiene un ancho de ocho metros"

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Edad de los Metales

Muy buenas! en esta oportunidad en Temas Fáciles veremos la Edad de los Metales. En esta edad se incluyen la Edad de Bronce y la Edad del Hierro. Empecemos. 

Edad de los Metales 
El último período del Neolítico recibe el nombre de Calcolítico, etapa de transición entre la Edad de Piedra y la Edad de los Metales, alrededor del 2 000 antes de Cristo, en la que el hombre del Cercano Oriente consiguió trabajar el metal. La Edad de los Metales comprende la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.

Se considera que el descubrimiento y la aplicación del hierro fue el último gran avance de la Edad de los Metales. A pesar de que cada pueblo tuvo distintos períodos de incursión en las Edades de Bronce y de Hierro, el fin de la prehistoria fue marcado por el comienzo de la escritura, alrededor del año 3 000 antes de Cristo, pero los usos de estos metales siguieron dando identidad a los pueblos ya fuera del período conocido como prehistoria. El complejo proceso de extracción y elaboración de los metales, conocido como metalurgia, tuvo lugar en distintos lugares y en diferentes épocas, según indican los testimonios de las distintas excavaciones.

"Si bien la Edad de los Metales se caracterizó por el uso del bronce y el hierro, no dejó de utilizarse la piedra"

Edad de Bronce
El surgimiento de la Edad de Bronce varía considerablemente según los lugares, entre 2 000 y 1 800 antes de Cristo en Europa Central; entre 1 800 y 1 700 antes de Cristo en Inglaterra; y cerca de 1 500 antes de Cristo en el norte europeo. El último período del bronce, aleación de cobre y estaño, donde el metal fue más trabajado, se inició entre 1 200 y 1 000 antes de Cristo. 

El bronce provocó migraciones de diferentes pueblos, especialmente poblaciones indoeuropeas, que conocían bien las técnicas metalúrgicas. Los hombres de la Edad de Bronce se expandieron no sólo por Europa sino también por la región del Cáucaso, el Asia Menor y la India. En sus exploraciones por las costas del océano Atlántico encontraron yacimientos de estaño. El descubrimiento de este metal ocasionó nuevos viajes y un incremento en las relaciones mercantiles entre distintas culturas. 

Más allá de la utilización del metal, fue un tiempo de grandes construcciones de piedra. También hubo un gran desarrollo de la artesanía en cerámica y metal que registró un avance importante. 

Las diferencias sociales basadas en las poseciones de cada familia o cada tribu, comenzaron a acentuarse durante la Edad de Bronce, especialmente porque tuvo lugar el descubrimiento de otro metal precioso que sellaría la historia de la humanidad: el oro. Los hombres comenzaron a fabricar joyas de este metal, que exhibían junto a sus armas de bronce, para indicar jerarquías con respecto a otros grupos más humildes.

Hacia 1 400 antes de Cristo se fabricaron en Asia Menor los primeros objetos de hierro, por lo que a partir de ese nuevo recurso se inició la finalización de la Edad de Bronce.

Edad de Hierro
Cuando algunos pueblos se encontraban en la Edad de Bronce, en algunas otras regiones se descubrió el hierro. Esto hizo que se desarrollara un sistema que permitiera utilizarlo. Idearon el horno de fundición de mineral metálico, que tenía forma de cuenco, con una pared exterior fabricada en piedras superpuestas y una capa interior de arcilla. Dentro se colocaba hierro y carbón en forma alternada. La pared del horno tenía un orificio que permitía el paso del aire generado por uno o más fuelles hechos con piel. Este mecanismo, basado en la utilización del fuego, permitió el aprovechamiento al máximo de los recursos naturales recién descubiertos. Entre los años 2 000 y 1 500 antes de Cristo, los pueblos que habitaban el Asia occidental construían sus armas y utensilios mediante la fundición del hierro. Los griegos lo conocieron alrededor de 1 100 antes de Cristo; varios años después los habitantes del sur de Italia, y luego los de Europa Central, lo trabajaron cerca del 800 antes de Cristo. Poco se conoce de los pueblos que habitaban el planeta en tiempos prehistóricos, recién aparecen vestigios de una cultura en el último período de la Edad de Hierro en Europa, en dos regiones donde se hallaron testimonios: la de Hallstatt, en Austria, que data del 900 al 500 antes de Cristo, y de 450 a.C. Los testimonios encontrados no pertenecen a una etnia en particular, sino a distintas tribus a las que los griegos y romanos dieron el nombre de galos o celtas. Estos grupos humanos fueron pioneros de la metalurgia.

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Asirios, Caldeos y Fenicios

Hola gente! en esta oportunidad explico el Tema de: las civilización de Asiria, Caldea y Fenicia. 

Asirios y Caldeos
Los asirios y los caldeos fueron dos pueblos que alcanzaron un alto grado de desarrollo en la Mesopotamia. Los asirios se establecieron al norte y desarrollaron su civilización a partir del siglo XIX a.C. La ciudad más importante y capital de la civilización asiria fue Nínive, en la que edificaron grandes palacios y templos donde se destacaba más el uso del ladrillo que el de la piedra. Entre las minas de Nínive fueron encontradas tablillas escritas, y más de 30 000 piezas clasificadas y catalogadas que formaban parte de la biblioteca del monarca Asurbanipal. Los asirios habitaban una región árida, que no permitía ser cultivada, por lo que el alimento era obtenido junto con importantes riquezas a través del enfrentamiento con pueblos vecinos. Al ser un pueblo eminentemente guerrero hegemonizó el poder por primera vez en 1 244 a.C., con el rey Tukulti Ninurta. Durante el período iniciado con el reinado de Sargón (722 a.C.), el imperio Asirio alcanzó su mayor esplendor. Al morir el rey Asurbanipal, de la dinastía de los sargónidas, Asiria se dividió en dos regiones, una dominada por la ciudad de Asur y otra por Babilonia. 

Los Caldeos, de origen semita, vencieron a los asirios y fundaron su Primer Imperio entre 1 850 y 1 600 a.C. y, tras un nuevo período de dominio asirio, el Segundo Imperio, conocido como el de la Nueva Babilonia, entre 612 y 538 a.C. Fueron trabajadores pacíficos, que se dedicaron al cultivo y al desarrollo de las artes y las ciencias, entre las que privilegiaron la matemática y la astronomía.
La caída de Nínive puso fin al dominio asirio; los caldeos se adueñaron de toda la región mesopotámica y alcanzaron su apogeo durante el reinado de Nabucodonosor II. Este llegó hasta las cercanías del Mediterráneo, arrasó Jerusalén y llevó prisioneros a los pobladores, que estuvieron en cautiverio por casi medio siglo en Babilonia, llamada reina de Asia. Tras su reconstrucción, sus terrazas escalonadas y sus jardines colgantes fueron considerados una de las siete maravillas del mundo. Otro de sus grandes monumentos fue el templo de Baal, también llamado Torre de Babel, de siete pisos edificados sobre una terraza de 25 metros de alto. El brillo caldeo se extinguió poco después de la muerte de Nabucodonosor II, cuando su sucesor fue sometido y abatido por el rey persa Ciro. 

Tanto los asirios como los caldeos fueron politeístas. Adoraban al Sol, la Luna, la Tierra, a los demás astros, al agua y a las tempestades. Sepultaban a los muertos en su propia casa, junto con las joyas, las armas y las provisiones. Como sociedad, ambos pueblos estaban regidos por un poder político omnipotente en estrecha vinculación con la religión. Los asirios no ocupaban las naciones vencidas en la guerra sino que las convertían en tributarias; los caldeos, en cambio, se regían por el Código de Hammurabi, que definía tres clases sociales: los nobles, los hombres libres y los esclavos. La justicia se basaba en la ley de Talión (ojo por ojo, diente por diente): por medio de esta normativa cada delincuente recibía un castigo equivalente al daño cometido. 

Fenicios
Otra de las grandes civilizaciones de este período fueron los fenicios, quienes se destacaron por iniciar un avance en lo relativo al comercio exterior y la expansión marítima en una época en que resultaba poco practicada. 
Entre la cordillera del Líbano y el mar Mediterráneo existe una angosta franja de tierra de 200 km de longitud por 40 o 50 km de ancho. Este territorio, actualmente ocupado en parte por el Líbano, fue la cuna de la civilización fenicia. Este pueblo de navegantes y comerciantes, luego de atravesar el Mediterráneo y fundar Cádiz en el sur de España, llegó por el Atlántico hasta las islas Británicas. 
Practicaron la piratería y el tráfico de esclavos. Se dedicaron a la fabricación y venta de cristales, joyas y telas teñidas de rojo púrpura, tintura que extraían del múrice, un molusco del Mediterráneo. El aporte más grande que hizo Fenicia a la civilización fue la invención del alfabeto, ya que de éste surgieron lenguas tan distintas como el griego, el ruso, el castellano y el hebreo. 
Se considera que fue el primer pueblo que practicó la democracia, ya que, cinco siglos antes de la Grecia de Pericles, se gobernaban por una monarquía parlamentaria, integrada por hacendados, donde el rey y las asambleas legislativas ejercían un férreo dominio sobre el pueblo y el ejército.

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Egipcios

El Egipto primitivo comprendía una franja de tierra surcada por el río Nilo, en los desiertos del nordeste africano. Se extendía desde la ciudad de Asuán hasta el mar Mediterráneo. Los primeros habitantes se establecieron allí en 8 000 a.C. y se dedicaron a la caza de animales y recolección de frutos. Entre 5 000 y 3 000 a.C. cultivaron la tierra y se agruparon en clanes, cada uno con su jefe. 

Posteriormente, se unieron en dos grandes conglomerados, el Alto Egipto al sur y el Bajo Egipto al norte. 

En la historia egipcia se distinguen un Período Arcaico, tres Imperios (el Antiguo, el Medio y el Nuevo) y tres Períodos Intermedios. El Período Arcaico se extendió entre 3 100 y 2 700 a.C. Cuando las alianzas del norte y del sur se enfrentaron, triunfó la del sur, encabezada por el rey Menes, iniciador de esta época, quien conformó un Estado en el Alto Egipto, y estableció su capital en Tinis. Durante ese lapso se fundó también la ciudad de Menfis. En el Imperio Antiguo, entre 2 700 y 2 135 a.C., Egipto fue regido por faraones con un régimen fuertemente centralizado. En esa época construyeron las grandes pirámides de Gizeh, y comenzó a desarrollarse un intenso comercio que les permitió llegar hasta el desierto de Sinaí, Libia y Medio Oriente. Durante el primer Período Intermedio, entre 2 135 y 2 040 a.C., se unificó el pueblo tras una dura etapa de guerras civiles que lo sumieron en el hambre. El Imperio Medio abarcó desde 2 040 hasta 1 640 a.C.; en él se restableció el gobierno centralizado y la capital fue trasladada al sur de Menfis. Por otro lado los monarcas se ocuparon de la defensa del sur del reino, para lo cual construyeron fortificaciones a lo largo de todo el Nilo. En el Período Intermedio, que va de 1 640 a 1 552 a.C., gobernaron dos dinastías egipcias y dos extranjeras. Estos últimos eran reyes hicsos, provenientes de Palestina, que conquistaron la región y se autoproclamaron faraones.

Con el derrocamiento de los hicsos por parte de nuevas dinastías en 1 552 a.C., nació el Imperio Nuevo, que se extendió hasta 1 070 a.C. La capital fue trasladada a Tebas y su dominio se expandió desde Siria hasta el sur de Sudán, convirtiéndose en el mayor imperio de Medio Oriente. De esta manera, se enriqueció inmensamente, y se construyeron grandes monumentos, como el templo de Karnak, dedicado al culto a Amón-Ra, divinidad protectora del Estado.

El tercer Período se ubica entre 1 070 y 712 a.C. Hacia 1 200 a.C. Egipto fue invadido por los libios y otros pueblos del este del Mediterráneo. El poderío de los faraones quedó gravemente resentido. Esto determinó que el control del Estado pasara parcialmente a los sacerdotes. El Estado terminó por derrumbarse y en 525 a.C. fue invadido por los persas. En 332 a.C. el rey macedonio Alejandro Magno logró desplazarlos. Éste fue sucedido por Ptolomeo, quien fundó una dinastía que se mantuvo en el poder durante tres siglos, hasta que el territorio fue anexado a los romanos, en el siglo primero antes de Cristo.

Sociedad
Los egipcios estaban gobernados por un faraón, que tenía carácter divino. El grupo social más importante era el de los sacerdotes, que tenían a su cuidado los templos y los rituales religiosos. Los funcionarios se ocupaban de la administración pública. Los campesinos, la base de la organización social, se ocupaban de cultivar pequeños lotes de tierra irrigada por el Nilo. Los artesanos se dedicaban a hilar y tejer el lino. La elaboración del papiro alcanzó un gran desarrollo.

Religión y escritura
Los egipcios fueron politeístas, y el culto a los muertos ocupaba un lugar fundamental en la religión. La civilización egipcia ideó una escritura basada en jeroglíficos. 

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Prehistoria: Mesolítico y Neolítico

Buen día gente! en esta ocasión en Temas Fáciles les contaré la Prehistoria, veremos primero ¿qué es el Neolítico?, luego responderé esta otra pregunta: ¿qué es el neolítico?, además veremos ¿cómo se organizaban las primeras tribus? ¿qué oficios tenían?, así que prepárense.

Mesolítico 
El final de las glaciaciones, unos 10 000 años antes de cristo, trajo aparejadas temperaturas superiores y períodos de lluvias en Europa y Asia. Tundras y estepas se transformaron en selvas y surgieron nuevas especies de animales adaptados a esas regiones. El hombre comenzó a modificar sus costumbres, y a alimentarse de nuevas especies de peces y aves, empleando el arco y la flecha en las cacerías. Este período se conoce como Mesolítico, etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, donde el hombre vivía en salientes rocosas y chozas, practicaba el trueque y domesticaba animales, como el perro, el asno y el buey. En este período comenzó una forma rudimentaria de agricultura, producto de la vida sedentaria.

Neolítico
El período prehistórico conocido como Neolítico se extiende entre los 9 000 y los 4 000 años antes de cristo.
En este período el hombre, además de dedicarse al cultivo de cereales, seguía practicando la caza y la pesca, y también criaba ganado. Se agrupaba en poblados y construía las viviendas con ladrillos cocidos al sol. Este período se caracteriza, fundamentalmente, por el uso de instrumentos de piedra pulida: inventaron la rueda, que les permitió trasladar objetos de gran tamaño; el arado de piedra; el telar; la piedra de moler granos; y el torno alfarero.

"El monumento megalítico de Stonehenge es una construcción prehistórica formada por dólmenes de lajas agrupadas en forma de mesa y dispuestos en círculos concéntricos"

Organización y oficios 
En esta fase evolutiva, rica en cambios, comenzaron a intercambiarse productos entre tribus de acuerdo con sus necesidades. Las que poseían animales los cambiaban por metales; a su vez, los alfareros o fabricantes de herramientas entregaban sus productos por alimentos. Surgió, de esta manera, la forma más primitiva de comercio: el trueque. Cada tribu producía gran cantidad de objetos con la finalidad de trocarlos por aquellos que necesitara. El producto que mayor rendimiento les producía era el ganado, ya que les permitía conseguir más objetos. En este período surgió la especialización del trabajo, dando origen a los oficios, que no fueron una característica individual, sino que unían a grupos de personas, generalmente emparentadas. En torno a la de un anciano los parientes construían sus viviendas, y ejercían, como familia, la propiedad de sus tierras, casas, herramientas, ganado y esclavos. Esta sociedad jerarquizada, basada en las poseciones, sustituyó a la comunidad primitiva. 

También se modificaron las causas de las guerras. Ya no luchaban sólo para arrebatarse territorios o conseguir esclavos. Las familias más poderosas tenían personas que luchaban para ellas a cambio de comida, vestimenta y techo. Este sistema fue la base de las civilizaciones de la Antigüedad: caldeos, asirios, egipcios, fenicios, palestinos, persas, chinos e indios vivían en una estructura social regida por las familias más ricas.

Artistas y constructores 
En el norte del continente europeo se desarrolló la cultura megalítica, caracterizada por constructores en piedra de monumentos conmemorativos y funerarios llamados dólmenes, cámaras mortuorias, galerías cubiertas y menhires. En la zona de Jericó, en Oriente Medio, se gestó durante ese período la base de la civilización urbana. Se construían casas circulares y más tarde rectangulares; al principio con cañas y barro, y luego con arcilla y adobe, formando poblados. Los hombres neolíticos fabricaron adornos de conchilla, piedras, y luego de gemas y metales preciosos. También pintaban motivos antropomorfos y zoomorfos, y esculpían pequeñas estatuas.

Neolítico en América
Cuando los conquistadores españoles llegaron al continente americano, encontraron objetos correspondientes al período Neolítico: hachas pulidas, alfarería, ídolos, tejidos y agricultura. En Estados Unidos, Venezuela y Brasil, se han hallado vestigios de viviendas lacustres.

Entre las distintas clases de construcciones se destacaron los mounds, que podían llegas hasta 30 metros de altura y 100 metros de diámetro. Otro tipo de construcciones eran los grandes conjuntos de casas, destinados a la defensa.

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¿Dónde comienza el periodo conocido como PRE HISTORIA?

El período conocido como Prehistoria comienza a partir de la aparición del hombre, y comprende alrededor de dos millones de años.

Antepasados 
La tierra tiene alrededor de 4500 millones de años de existencia, los organismos unicelulares primitivos se formaron hace tres mil millones de años, y los primeros mamíferos homínidos aparecieron hace sólo 4 millones y medio de años. Distintas excavaciones realizadas en diferentes continentes llevaron a descubrir fragmentos de esqueletos humanos, que permitieron conocer más acerca de los antepasados del hombre actual. El australopithecus, de casi 4 500 000 años de antigüedad, fue hallado en el sur de África. En la isla de Java, Indonesia, y en el territorio de China, se encontraron los restos del pithecanthropus, de entre 1 500 000 y 1 700 000 años de antigüedad. Los antropólogos encontraron en Neanderthal, Alemania, restos humanos de 150 000 años de antigüedad.

En Francia, en el pueblo de Cro-Magnon, se descubrieron 1 768 piezas óseas pertenecientes a un hombre de 1,80 metros de estatura que vivió hace aproximadamente 35 000 años, conocido como homo sapiens.

Edad de Piedra
En esta época vivieron estos antepasados del hombre actual, y comenzó a utilizarse la piedra para fabricar elementos de uso cotidiano. La edad de Piedra se divide en dos grandes períodos que tienen directa relación con los materiales usados en herramientas y utensilios. El primero es el Paleolítico y corresponde a la etapa de la piedra tallada. El segundo es el Neolítico, tiempo de la piedra pulida. Estos períodos estuvieron delimitados por un período de transición llamado Mesolítico.

Paleolítico
Este período se subdivide en tres etapas, las más antigua corresponde al Paleolítico inferior, que abarca desde 3 000 000 hasta 150 000 o 100 000 años antes de cristo. Durante esta etapa predominó el uso de hachas de mano talladas rústicamente y lascas de pedernal. No se conocía todavía la utilización del fuego, de manera que la carne de los animales que cazaban se consumía cruda.

El Paleolítico medio se extiende desde 150 000 hasta 90 000 años antes de cristo. En esta etapa se observa un avance en la elaboración de las hachas. En este período el hombre aprendió a utilizar el fuego, este elemento no sólo le brindó la posibilidad de cocinar sus alimentos, sino que también le otorgó el confort de templar su hábitat. Gracias al fuego el hombre pudo sobrevivir durante los períodos de crecimiento y movilización de grandes extensiones de hielo llamadas glaciaciones. El hombre de Neanderthal, del Paleolítico medio, también fabricó puntas de lanza, cuchillos y raspadores para madera y pieles.

Se cree que las ceremonias funerarias se originaron en este período, así como la práctica de enterrar a los muertos. El Paleolítico superior abarca desde 90 000 hasta 35 000 años antes de cristo. Las piezas descubiertas indican que el hombre ya tallaba hojas y puntas de pedernal y afilaba cuchillos e instrumentos de hueso y asta. En este período se inventaron la aguja con ojo y el arpón, y aparecieron las primeras manifestaciones artísticas: estatuillas en marfil, hueso, asta y piedra; y pinturas rupestres. En américa se encontraron restos humanos de la era paleolítica, eran de talla baja, cráneo alargado y mandíbula saliente. Algunos historiadores opinan que provenían del norte de Asia Oriental pero otros creen que hubo inmensas migraciones de diversos orígenes, a través del estrecho de Bering y del Pacífico. 

Hombre comunitario
A lo largo de la prehistoria hubo una organización social que puso énfasis en la vida comunitaria. Los hombres se unían para cazar animales, dominar un rebaño, construir una embarcación o una vivienda, o desmontar un terreno. Este tipo de organización se le conoce con el nombre de gens. Esta primitiva organización social se estableció como matriarcado. Cada gens era dueña del suelo que habitaba.

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¿Qué es la HISTORIA?

La Historia narra la sucesión de hechos verídicos, cronológicamente ordenados, que dan cuenta del desarrollo de la humanidad, donde sus orígenes hasta nuestros días. Nace a partir de la invención de la escritura, unos 3000 años antes de cristo época de florecimiento de las grandes culturas de la Mesopotamia y Egipto.

Los antecedentes de la historia son los relatos, poemas y crónicas de los juglares, que llevaban las noticias de pueblo en pueblo, o se sentaban a cantarlas en las plazas públicas.

El primer cronista del que se tienen antecedentes es Herodoto, de origen griego, quien vivió entre los años 484 y 425 antes de cristo. Se dice que sus escritos son relatos basados en viajes personales y recopilaciones de leyendas. Debido a su trabajo se lo llamó "padre de la historia".

En su concepción científica, la historia narra los hechos en un orden lógico; estudia causas y consecuencias; describe no sólo las personalidades que las han ocasionado, sino también el contexto en el que éstos se desarrollaron, así como también caracteriza a los pueblos, centros clave de la evolución de la humanidad.

La Historia, al igual que otras ciencias, se organiza en ramas, que se especializan en determinados temas; y en un sentido más global, en historia social, política o económica. A su vez, esta ciencia se vale de ciencias auxiliares que le aportan datos sobre el desarrollo de la humanidad. Algunas de ellas son la geología, geografía, paleontología, paleografía, epigrafía, epigrafía, lingüística, numismática, diplomática, sociología (trata sobre leyes del desarrollo social), historiografía (es el estudio bibliográfico y crítico de los escritores sobre fuentes y autores), heráldica (se ocupa de blasones o escudos) y la antropología en sus distintas ramas: arqueología (estudia los restos materiales de la actividad humana), la etnografía (describe los pueblos primitivos vivientes) y la antropología física (trata sobre la especie humana).

Es decir, la Historia estudia hechos, momentos y modos de vida a partir de la unión de miles de elementos que serán soporte en su labor investigativa: ruinas, mapas o manuscritos, objetos de madera cuero o tejidos, huesos humanos o de animales, restos de vegetación, semillas, insectos y organismos microscópicos petrificados.

Cuatro períodos
La historia abarca cuatro grandes períodos: la Edad Antigua, la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea.

La primera se extiende desde el fin de la prehistoria, cuando surge la escritura. El hecho que marca el fin de la Antigüedad es la muerte, en 395, del emperador romano Teodosio I, llamado el Grande, quien consiguió imponer el cristianismo sobre religiones paganas. Este período se caracterizó por el floreciente devenir de las grandes civilizaciones, como las mesopotámicas, la egipcia y, muy especialmente, la griega, base de la cultura de occidente. La Edad Media abarca desde 395 hasta el siglo XV. Algunos historiadores la limitan con la toma de Constantinopla por parte de los turcos, en 1453, mientras que otros se inclinan por el descubrimiento de América, cuando los conquistadores españoles encabezados por Cristóbal Colón se encontraron con el nuevo continente en octubre de 1492. El Medioevo en Europa fue un período que se caracterizó por el oscurantismo, que provocó la pérdida de muchos valores de la Antigüedad clásica. La Edad Moderna se extiende entre el final del Medioevo y 1789, año de la Revolución Francesa. En este período se destaca el reconocimiento de la cultura grecorromana; la expansión colonial en la dominación de tierras americanas por parte de españoles, ingleses portugueses y franceses; y la invasión de esas mismas potencias en naciones de Asia, África y Oceanía. La Edad Contemporánea se caracteriza por la consolidación de los derechos del hombre, la Revolución Industrial, las guerras mundiales, los avances tecnológicos en comunicación, ciencias y todo tipo de conocimientos.

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