Asirios y Caldeos
Los asirios y los caldeos fueron dos pueblos que alcanzaron un alto grado de desarrollo en la Mesopotamia. Los asirios se establecieron al norte y desarrollaron su civilización a partir del siglo XIX a.C. La ciudad más importante y capital de la civilización asiria fue Nínive, en la que edificaron grandes palacios y templos donde se destacaba más el uso del ladrillo que el de la piedra. Entre las minas de Nínive fueron encontradas tablillas escritas, y más de 30 000 piezas clasificadas y catalogadas que formaban parte de la biblioteca del monarca Asurbanipal. Los asirios habitaban una región árida, que no permitía ser cultivada, por lo que el alimento era obtenido junto con importantes riquezas a través del enfrentamiento con pueblos vecinos. Al ser un pueblo eminentemente guerrero hegemonizó el poder por primera vez en 1 244 a.C., con el rey Tukulti Ninurta. Durante el período iniciado con el reinado de Sargón (722 a.C.), el imperio Asirio alcanzó su mayor esplendor. Al morir el rey Asurbanipal, de la dinastía de los sargónidas, Asiria se dividió en dos regiones, una dominada por la ciudad de Asur y otra por Babilonia.
Los Caldeos, de origen semita, vencieron a los asirios y fundaron su Primer Imperio entre 1 850 y 1 600 a.C. y, tras un nuevo período de dominio asirio, el Segundo Imperio, conocido como el de la Nueva Babilonia, entre 612 y 538 a.C. Fueron trabajadores pacíficos, que se dedicaron al cultivo y al desarrollo de las artes y las ciencias, entre las que privilegiaron la matemática y la astronomía.
La caída de Nínive puso fin al dominio asirio; los caldeos se adueñaron de toda la región mesopotámica y alcanzaron su apogeo durante el reinado de Nabucodonosor II. Este llegó hasta las cercanías del Mediterráneo, arrasó Jerusalén y llevó prisioneros a los pobladores, que estuvieron en cautiverio por casi medio siglo en Babilonia, llamada reina de Asia. Tras su reconstrucción, sus terrazas escalonadas y sus jardines colgantes fueron considerados una de las siete maravillas del mundo. Otro de sus grandes monumentos fue el templo de Baal, también llamado Torre de Babel, de siete pisos edificados sobre una terraza de 25 metros de alto. El brillo caldeo se extinguió poco después de la muerte de Nabucodonosor II, cuando su sucesor fue sometido y abatido por el rey persa Ciro.
Tanto los asirios como los caldeos fueron politeístas. Adoraban al Sol, la Luna, la Tierra, a los demás astros, al agua y a las tempestades. Sepultaban a los muertos en su propia casa, junto con las joyas, las armas y las provisiones. Como sociedad, ambos pueblos estaban regidos por un poder político omnipotente en estrecha vinculación con la religión. Los asirios no ocupaban las naciones vencidas en la guerra sino que las convertían en tributarias; los caldeos, en cambio, se regían por el Código de Hammurabi, que definía tres clases sociales: los nobles, los hombres libres y los esclavos. La justicia se basaba en la ley de Talión (ojo por ojo, diente por diente): por medio de esta normativa cada delincuente recibía un castigo equivalente al daño cometido.
Fenicios
Otra de las grandes civilizaciones de este período fueron los fenicios, quienes se destacaron por iniciar un avance en lo relativo al comercio exterior y la expansión marítima en una época en que resultaba poco practicada.
Entre la cordillera del Líbano y el mar Mediterráneo existe una angosta franja de tierra de 200 km de longitud por 40 o 50 km de ancho. Este territorio, actualmente ocupado en parte por el Líbano, fue la cuna de la civilización fenicia. Este pueblo de navegantes y comerciantes, luego de atravesar el Mediterráneo y fundar Cádiz en el sur de España, llegó por el Atlántico hasta las islas Británicas.
Practicaron la piratería y el tráfico de esclavos. Se dedicaron a la fabricación y venta de cristales, joyas y telas teñidas de rojo púrpura, tintura que extraían del múrice, un molusco del Mediterráneo. El aporte más grande que hizo Fenicia a la civilización fue la invención del alfabeto, ya que de éste surgieron lenguas tan distintas como el griego, el ruso, el castellano y el hebreo.
Se considera que fue el primer pueblo que practicó la democracia, ya que, cinco siglos antes de la Grecia de Pericles, se gobernaban por una monarquía parlamentaria, integrada por hacendados, donde el rey y las asambleas legislativas ejercían un férreo dominio sobre el pueblo y el ejército.
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