Sistema Óseo

El mecanismo locomotor está formado por el aparato músculo-esquelético. El esqueleto, la parte pasiva del aparato, se compone de huesos, cartílagos y articulaciones. Los músculos cumplen la función activa: de ellos depende el movimiento.



El sistema óseo humano es un conjunto de 206 huesos, repartidos entre el esqueleto axial (llamado así porque constituye el eje esquelético: cráneo, columna vertebral, costillas y esternón) y el esqueleto apendicular, formado por los huesos de las extremidades y sus respectivas uniones, o cinturas, que los ensamblan con el esqueleto axial.

El tejido óseo está compuesto de sustancias inorgánicas -fosfato y carbonato de calcio- (55 %), una sustancia orgánica, la osteína (28 %), y agua (17 %). Las células óseas se llaman osteocitos. En el hueso compacto se disponen en círculo, alrededor de unos canales denominados conductos de Havers, provistos de nervios y diminutos vasos sanguíneos y linfáticos.

En la edad temprana, el tejido óseo es de consistencia cartilaginosa. Con el tiempo el cartílago se torna más rígido y sólido, sin perder su flexibilidad, hasta que por el constante depósito de sales de calcio se transforma en hueso. Por ser materia viva, los huesos pueden regenerarse después de una fractura. El tejido óseo está cubierto por tejido conectivo (periostio), que disminuye a medida que avanza la edad del individuo.

Las tres funciones principales del sistema óseo son de sostén, protección y movimiento. El sostén se logra por la inserción de tejidos y órganos en distintos sectores. Ciertas partes del esqueleto brindan protección por la forma en que se disponen, pudiendo albergar órganos. Así, el cráneo, por ejemplo, protege el encéfalo y la caja torácica al corazón, los pulmones y otros órganos. Para cumplir con la función de movimiento, algunos huesos poseen forma de palanca, lo que les proporciona gran potencia. Por su forma y tamaño, los huesos pueden ser anchos, planos, cortos o largos. Los largos son huecos, y poseen en su interior una sustancia viscosa y amarillenta, la médula ósea. La médula ósea produce células de la sangre, y otras que intervienen en la protección del cuerpo contra infecciones y degeneración celular. El cráneo, el esternón y el coxal son huesos anchos y planos; las vértebras son huesos mixtos, los de la mano son huesos cortos, y los de brazos y piernas, largos y huecos.

Cráneo
El cráneo aloja y protege al cerebro. Está formado por ocho huesos, cuatro únicos (frontal, esfenoides y etmoides) y cuatro en pares (dos parietales y dos temporales). En la cara se agrupan catorce huesos: la mandíbula inferior y el vómer, que forma parte del tabique nasal, son únicos, y el resto aparece en pares (nasales, unguis, cornetes inferiores, malares, palatinos y maxilares superiores). Los huesos del cráneo se articulan entre sí y con los del cara mediante suturas, articulaciones inmóviles que durante los primeros los primeros años de vida están unidas sólo por tejido fibroso. El hueso occipital, situado en la parte posterior del cráneo, tiene una cavidad llamada agujero magno, a través de la cual pasa la médula espinal. Este hueso se articula con el atlas, primera pieza de la columna vertebral.
"Los huesos largos, como el fémur, son huecos y en su interior se encuentra la médula ósea. Los extremos están formados por hueso esponjoso rodeado de hueso compacto"
Columna vertebral
La columna vertebral es una sucesión de huesos distribuidos en 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares y otras tantas sacras, y 3 a 5 coccígeas. Las primeras 24 vértebras son independientes. Las sacras se sueldan y forman el hueso sacro, y las coccígeas se unen en una pieza llamada cóccix en el extremo inferior de la columna.
Entre cada par de vértebras hay un disco cartilaginoso que amortigua la fricción de los huesos en el movimiento. Las dos primeras vértebras, el atlas y el axis, trabajan en conjunto. El atlas rota sobre un eje vertical y se apoya en el axis. Esta combinación permite los movimientos de la cabeza, de arriba abajo y hacia los costados.
La columna vertebral presenta cuatro curvaturas: cervical, dorsal, lumbar y sacrococcígea. En su interior aloja a la médula espinal, en un canal que queda formado por el cuerpo de cada vértebra y por tres prolongaciones salientes, o apófisis.

La caja torácica
El tórax es un conjunto de 12 pares de costillas. Los primeros 7 pares se unen por medio de cartílagos a un hueso plano delantero llamado esternón; los tres pares siguientes se unen al séptimo par, razón por la cual se los denomina costillas falsas; los dos últimos están compuestos por costillas flotantes, más cortas y libres por delante.

Las costillas, las vértebras dorsales y el esternón forman una cavidad que aloja al corazón y los pulmones. El tórax interviene en la respiración, ya que se ensancha en cada inspiración. Mide unos 15 cm en su área delantera, y el doble por detrás y a ambos lados.

Huesos de la extremidades 
El esqueleto consta de dos pares de extremidades, superiores e inferiores. Se articulan con el esqueleto axial, por medio de la cintura torácica el primero, y de la cintura pelviana el segundo. El hombro, el brazo, el antebrazo y la mano forman la extremidad superior. El hombro tiene dos huesos (omóplato y clavícula); el brazo, uno (húmero); el antebrazo, dos (cúbito y radio), y la mano, 27 (agrupados en carpo, metacarpo, falanges, falanginas y falangetas). La extremidad inferior está formada por la pelvis (hueso coxal o ilíaco, que unido a su par de la otra extremidad constituye la cintura pelviana); el muslo, compuesto por el fémur, el hueso más largo del sistema; la pierna, formada por rótula, tibia y peroné, y el pie, con 26 piezas, agrupadas en tarso, metatarso, falanges, falanginas y falangetas.
"Todos los huesos del cuerpo están recubiertos por el periostio, una vaina fibrosa que contiene muchos de los vasos sanguíneos que llegan hasta el tejido óseo. Las células óseas se disponen alrededor de los conductos de Havers, provistos de nervios y vasos sanguíneos y linfáticos"
Articulaciones
Una articulación es la unión de dos o más huesos, con intervención o no de partes blandas. Hay articulaciones fijas (sinartrosis), semimóviles (anfiartrosis) y móviles (diartrosis).

Las sinartrosis, llamadas suturas, unen los huesos del cráneo por medio de tejido conectivo. Las anfiartrosis conectan huesos de poco movimiento, como los de la columna vertebral. Las diartrosis, articulaciones de gran movilidad, ayudan a mover las extremidades, cuyos huesos se unen en articulaciones con cartílagos, que los protegen de roces y presiones. 

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