El espermatozoide o célula germinal masculina, se combina con el óvulo, gameto femenino, para formar la célula huevo o cigoto. El organismo humano resulta de la división y diferenciación. A esta forma de reproducción se la denomina meiosis; esa única célula que es el huevo, receptora de material genético del padre y de la madre, se divide pronto en dos mitades. En este tipo de reproducción celular, la mitosis, no hay combinación de material genético; las dos nuevas células heredan la misma forma y las mismas funciones de la célula primaria.
Mientras prosigue incesantemente la división celular, las células empiezan a mostrar diferenciaciones. En su primer estadio se ordenan en capas; luego se separan y van especializándose. Las del mismo tipo se agrupan formando tejidos. En el cuerpo humano existen cuatro tipos básicos de tejidos: epitelial, conjuntivo, muscular y nervioso.
Tejido epitelial
El tejido epitelial, o de revestimiento, tiene la función de proteger al organismo y los órganos internos del ambiente externo. Es el que forma la superficie corporal externa, la piel, y las mucosas de la boca, la faringe, el tubo gastrointestinal, el sistema urinario, los órganos sexuales. También se lo encuentra en forma de recubrimiento superficial: tapiza el interior de los conductos corporales que forman el sistema circulatorio, reviste glándulas y cavidades como el tubo digestivo, y se halla en el interior de órganos huecos, por ejemplo el corazón y los vasos sanguíneos.
Se distinguen distintos tipos de tejido epitelial: el epitelio de células planas, el tegumentario y el de células prismáticas. El tejido glandular, formado por las llamadas células epiteliales cúbicas y cilíndricas es el que forma la mayoría de las glándulas del cuerpo, como el hígado, la tiroides y el páncreas.
"Los estudios de laboratorio permiten detectar en forma temprana posibles anomalías en la constitución y reproducción de determinadas células para así poder hallar las causas que las provocan."Tejido conjuntivo
El tejido conjuntivo, también llamado conectivo, tiene células de forma estrellada.
A diferencia del tejido epitelial, esas células están muy separadas entre si por grandes cantidades de material extracelular, la matriz. Un tipo especial de células circula por la matriz, que en la sangre o la linfa es de consistencia acuosa, a veces con la función de proteger al organismo de los microbios.
El tejido conjuntivo tiene varias funciones. Sirve de relleno en los espacios entre órganos. Forma también la capa de tejido por debajo de la piel que se conoce como hipodermis.
Constituye la estructura elástica de los órganos, que amortigua los roces en las articulaciones de los huesos y sujeta los músculos a éstos mediante los tendones, un tejido fibroso en forma de cordón o lámina.
Formas de tejido conjuntivo
Cuando las células llamadas osteocitos se agrupan, se forma el tejido óseo, que debe su típica dureza a su matriz -o, sustancia intersticial, es decir, la que ocupa los espacios entre las células-, en donde se deposita calcio cristalizado. Los huesos forman el esqueleto, que sirve de sostén al cuerpo; en ellos también se insertan los músculos y, además, sirven de protección a ciertos órganos internos, como la caja craneana.
La sangre constituye también un tejido. Circula por todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos. En ella se distinguen dos grupos de componentes: las células, de tres tipos diferentes, y el líquido intercelular o matriz, denominado plasma sanguíneo. Los tres tipos de células que integran la sangre son los glóbulos rojos y los blancos, y las plaquetas. Los glóbulos rojos o hematíes, carecen de núcleo y su citoplasma contiene hemoglobina, un pigmento amarillo esencial para la respiración. Los glóbulos blancos o leucocitos capturan microbios o partículas extrañas para el organismo. Las plaquetas son fragmentos de células cuya misión es formar coágulos y taponar heridas para impedir hemorragias. Parte del plasma sanguíneo forma la linfa. Este líquido incoloro se difunde por los intersticios de los tejidos y, luego de cargar sustancias que son el producto de la actividad de las células, entra a los vasos linfáticos, por los cuales circula hasta incorporarse a la sangre venosa.
El tejido conjuntivo abarca también otro tipo de tejido: el adiposo. Sus principales funciones son almacenar reservas, proteger al organismo frente a los cambios de temperatura y acumularse en las extremidades a modo de almohadillas para proteger las zonas de apoyo. El tejido adiposo acumula lípidos (sustancias ricas en energía) que, en caso de necesidad, ante una alimentación deficiente o un gran esfuerzo, son desdobladas para la obtención de energía. Es por ello que se considera el tejido adiposo como acumulador de reservas.
El tejido cartilaginoso es otra forma de tejido conjuntivo. Los cartílagos están formados por células encerradas en lo que se denomina sustancia fundamental del cartílago, e integran y completan el sistema esquelético.
Están presentes en las articulaciones (uniones entre dos huesos), las costillas, el esternón y el tabique nasal. También refuerzan algunos órganos y los mantienen rígidos, como en el caso de la laringe y la tráquea. Los cartílagos garantizan la movilidad e impiden que dos huesos diferentes que se unen en una articulación se suelden.
El tejido muscular
El tejido muscular es el que permite al hombre la realización de movimientos. Los músculos están formados por fibras, que pueden ser lisas o estriadas. Los que no dependen de la voluntad se denominan músculos de contracción involuntaria y están formados por fibras lisas. Son de ese tipo los del estómago y los que forman el sistema vascular, entre otros. Aquellos cuyo movimiento depende de la voluntad humana se denominan de contracción voluntaria; están constituidos por fibras estriadas, como el bíceps.
El estímulo motor llega a cada músculo a través del correspondiente nervio. El nervio que gobierna al músculo se subdivide en numerosas ramas finales, cada una de las cuales se aplica a una fibra muscular. De esa manera, el nervio permite el envío de la orden de movimiento.
"Cuando las células comienzan a diferenciarse se ordenan en capas y se separan. Luego las de un mismo tipo van agrupándose y dan origen a los diferentes tejidos."El tejido nervioso
El tejido nervioso está constituido por células llamadas neuronas, cuya función es recoger los estímulos nerviosos. El estímulo se origina en el cuerpo de la célula, y es enviado hasta su destino a través del axón, una prolongación de ésta. La neurona y sus neuritas constituyen el elemento fundamental del sistema nervioso. A través de las dendritas la neurona recibe información de sus pares y mediante el axón la envía a otras neuronas. Las células nerviosas tienen formas diversas. En todas ellas se producen impulsos eléctricos y químicos mediante los cuales se comunican. Sus prolongaciones tienen forma de hebras, de longitud extensa.
Las fibras nerviosas requieren aislación, y para eso poseen una cubierta con forma de vaina. Las fibras se reúnen en nervios que recorren el organismo, relacionando el cerebro y la médula espinal, que, unidos, forman el sistema nervioso central, con los distintos órganos del cuerpo.
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