Formación religiosa en niños

La Formación Religiosa del niño depende del ambiente familiar, y si este falla el mal es grave porque la personalidad se plasma en la primera infancia.
Los maestros de religión están de acuerdo en que la piedad de los padres para ser buena ha de ser alegre.


La historia nos revela que los santos han sido alegres y Rademacher después de hacer un estudio sobre la vida de los santos llega a la conclusión de que "Santidad y alegría siempre van juntas".

La madre puede comenzar enseñando a su hijo poesías, oraciones y cantos piadosos; narraciones del Antiguo y Nuevo Testamento.

¿Cómo se forma la conciencia del niño?
La conciencia del niño se forma mediante las expresiones del Bien y del Mal. Para que comprenda se le explica que así como su padre le da un privilegio, como salir a pasear con él cuando su conducta es buena, asimismo Dios recompensa a los niños que obedecen y hay también un castigo para los que no cumplen.

Hay que tener cuidado, y esto es muy importante, de que las criaturas aprendan a llevar una buena conducta por amor a Dios y no por temor a males ultraterrenos como enseñaba la educación antigua, cuando se atemorizaba continuamente a los niños con el infierno. Es por amor que deben portarse bien.
Otro punto que debe realzarse es el de la presencia de Dios en todo momento, constatando todas las acciones del niño. Así se refuerza el sentido de conciencia en el pequeño. En cuanto a la oración en esta primera edad, considerando que las mejores oraciones son aquellas que el mismo niño arregla, porque tienen más emoción que las que aprende de memoria sin comprender el significado.
Características de la religiosidad infantil

Algunos rasgos de la mente del niño se manifiestan también en su forma de religiosidad:

a. Su religiosidad comienza siendo egocéntrica porque sus oraciones son generalmente para pedir algo.

b. Lo seduce lo externo; en este aspecto es donde más se manifiesta su mentalidad mágica: su piedad pide milagros a cada paso. Pide a Dios que manifieste su voluntad mediante símbolos externos. Por ejemplo: "Si al llegar encuentro la puerta cerrada, Dios me está manifestando su voluntad de que no debo entrar".

c. Humaniza los conceptos; como el niño es incapaz de formar ideas abstractas, creará su imagen de Dios de acuerdo con la que tiene de su padre: si este es autoritario, severo, castigador, su representación de Dios tendrá dichas características; pero si por el contrario, el padre es cariñoso, suave, perdonador, su representación de Dios estará de acuerdo con estas cualidades. Las demás enseñanzas de la religión también toman forma humana: Ángel, Diablo, Cielo, Infierno, etc., de modo que estos conceptos adquieren características de acuerdo con las influencias recibidas por la mentalidad del niño.

d. Es incapaz de análisis y de crítica; por eso acepta fielmente lo que le enseñan los adultos. De allí la importancia de que los padres tengan cultura religiosa, para aclararles muchos conceptos.

Conforme madura mentalmente el niño, su emoción religiosa irá tomando también las características más espirituales de la religiosidad del adulto.


Fines prácticos de la enseñanza religiosa
Dos cosas son primordiales en la enseñanza de la religión:

1. Enseñar al niño que su buena conducta está motivada por el amor y no por miedo a castigos.

2. Que vea que es practicable lo que se le enseña.

Relativamente, es más fácil practicar el amor de Dios por medio del culto que dar ejemplo de "amar al prójimo como a nosotros mismos", pero esto último es lo que se debe hacer continuamente.

Los niños en el ambiente actual parece que reconocen como prójimo sólo a sus amigos, y aún con obstante limitaciones. Si no ¿Cómo explicarse que niños de hogares religiosos desprecien a otros niños?¿Es verdadera caridad acaso dar un donativo a los muy pobres y mirar siquiera a aquellos que están apenas en un peldaño social o económico inferior, queriendo ignorar el sufrimiento que se causa con ello a quien recibe el desaire? Actitudes así aprenden los pequeños, al observar el ejemplo de los adultos. El Ocultismo, con la práctica de la buena acción del día resulta una gran disciplina en este sentido, porque en esta época materialista se cree que dar consiste en dar dinero, alimentos y ropas, únicamente. Cuántas veces, más que un regalo material, apreciamos una palabra cariñosa, un consejo a tiempo, que alguien nos demuestre interés. Estimamos que debe hacerse mucho énfasis en este aspecto de la religión.

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