El niño es un artista debido a su edad: posee tremenda fantasía no frenada por la razón. Mientras el adulto sujeta su imaginación a los dictados de la lógica, el niño hace lo que quiere, y eso precisamente lo torna artista. "El hombre corriente ve en el mundo lo que en realidad existe, para el niño y el poeta existen otras cosas fuera de las que ve".
Las cualidades artísticas de los niños deberían desarrollarse en el hogar y la escuela. Ellos gozan haciendo objetos con arcilla, coloreando con brochas y tizas, a todos los mueve el ritmo y la música. Les gusta escuchar cuentos.
Cuando están alborotados su conducta se reorganiza con un canto o mirando un libro de pinturas. Todo lo cual indica que los seres humanos estamos naturalmente inclinados a admirar la belleza. Naturalmente, el adulto que sabe ver también con los ojos del espíritu puede apreciar otras bellezas espirituales, que se le escapan al niño. A mayor cultura corresponde más capacidad de apreciación.
Todo lo que tenga vida y sensibilidad debe estar presente en el ambiente del niño para formar sus sentimientos: flores y plantas, para que las cuide, animalitos para que los alimente; canciones, colores, etc., porque lo que lo impresiona en temprana edad, pasará a su subconsciente e influirá en él durante el resto de su vida.
La formación estética del niño depende de su vida hogareña, no sólo se le enseñará a apreciar una buena pintura, sino que se el enseñará a vivir con gracia, en esto influye desde el cuidado de su habitación y sus ropas, hasta la modulación de su voz, la afabilidad de trato y sus modales en la mesa. Por eso los mayores debemos de vivir con arte en todo momento en vez de reservar nuestra emoción sólo para cuando visitamos un museo o escuchamos un concierto.
El niño goza viendo a su madre hermosa, ésta debe arreglarse no sólo para cuando salga sino también para sus hijos, con sencillez y colores alegres, porque los niños guardan en el fondo de su corazón estos recuerdos. Si el niño se acostumbra a ver cosas feas se deformará su tendencia innata hacia lo bello. Es preferible arrojar a la basura las pinturas y objetos de mal gusto en vez de ponerlas en el lugar donde juegan los niños porque se verían mal en otro lugar de la casa.
Música
Los niños han de aprender primero a sentirla; sólo después podrán ejecutarla bien. Cuando la maestra moderna anuncia a los niños que van a escuchar música, no les dice: "Siéntense derechos y estense quietos para oír" sino: "Pónganse cómodos para escuchar", porque en ésto como en todo lo que se relaciona con los niños, no debe intervenir la imposición odiosa. Cuando ello ocurre jamás se despierta la emoción necesaria para sentir la belleza.
El teatro en la educación
Si bien el teatro ejerce sobre los adultos gran influencia educativa, especialmente por la función de la sátira teatral en la que los espectadores ven retratados con ironía los defectos de la sociedad en que viven, para los niños no es menos importante el efecto del pequeño drama y comedia, porque el niño se proyecta en los personajes, vive la vida de éstos.
Actualmente se considera imprescindible el teatro escolar comenzando en el jardín de la infancia. Veamos lo que el niño adquiere a través de él cuando hace de actor:
Primero: Se habitúa a observar, ya que para representar su papel tiene que aprender, por ejemplo, cómo el panadero hornea el pan, como en la cocina se corta la carne, se pelan las verduras, etc.
Segundo: Desarrolla la memoria, porque la ejercita al estudiar su papel.
Tercero: Desarrolla la imaginación y hasta la invención, pues si el niño olvidara una parte bien podría inventar algo.
Cuarto: Da gran desenvoltura, porque la criatura que ha representado en tablas, difícilmente se cohíbe en sociedad.
Quinto: Aprende a sentir y a expresar lo que siente.
Artes plásticas
Pintar, modelar arcilla, esculpir en barras de jabón, son actividades deliciosas para los niños. Ha de dejar que jueguen y practiquen con los materiales con toda libertad para que los dominen y sus manos adquieran soltura. La maestra moderna no pone un modelo en la pizarra para que los alumnos lo copien, sino que deja a éstos que dibujen y pinten lo que les interesa.
El dibujo
Como los pequeños no saben escribir, expresan en sus dibujos lo que los ha impresionado y ponen en el cuadro todo lo que saben del asunto. Es recién hacia los nueve años que se limitan a dibujar lo que se aprecia desde cierto punto de vista. Se considera que a los diez años pueden tomar ya lecciones de pintura.
Repetimos lo mismo que en la evolución del pensamiento: hay una etapa en que la pintura del niño es egocéntrica, es decir, pinta para sí mismo; posteriormente se socializa y le interesa que los demás entiendan sus pinturas. Al principio, éstas no tienen intención artística, hacen el oficio de escritura, las utiliza para expresarse. Por esa razón sirve también de gran ayuda para los padres, quienes pueden darse cuenta a través de un dibujo, de todo lo que conoce el niño sobre determinada cosa, lo que le inquieta o lo que le angustia.
Otra característica del dibujo de los niños es su incapacidad sintética: no abarcan el conjunto. Dibujan más grandes los detalles que más llaman su atención, por ejemplo, la cabeza muy grande, brazos muy largos, no guardando proporción con el resto del cuerpo. Esto se agrava con su falta de dominio muscular sobre las manos que les impide representar fielmente sus ideas.
En su primera época, el dibujo infantil pasa por las siguientes etapas:
a. Etapa del emborronamiento; cuando recién maneja el lápiz, la criatura goza con el movimiento de su brazo y lo hace debido a su necesidad de ejercicio.
b. Etapa de la dirección general; representa al hombre con una línea vertical y al animal con línea horizontal.
c. Etapa del renacuajo; Así llamada porque representan al hombre solamente con cabeza y dos piernas. Corresponde a las edades entre los tres y cinco años.
d. Etapa de la representación; Hacia los cinco años representan las partes más importantes del cuerpo humano: cabeza, tronco, brazos y piernas.
Libros y niños
El tipo de lectura con que se alimenta espiritualmente el niño se reflejará sobre su futura personalidad, porque el niño graba profundamente todo lo que ve y oye si ésto ha llegado a impresionarte. Actualmente encontramos magníficas obras para niños tanto por su contenido como por los dibujos y el papel, factores muy importantes especialmente cuando se trata de libros para niños.
Por otra parte los autores se cuentos para niños han notado que las historias que pretenden moralizar aburren a los pequeños porque su edad no es apta todavía para reflexiones morales, por ello la moralidad debe formar parte de todo el relato sin que el niño se dé cuenta de ello. En otras palabras: el carácter del niño se ha de ir formando con las emociones puras que aprende a sentir mediante el cuento, no con reflexiones.
El lenguaje que se emplee debe ser claro, sencillo y hermoso. No decirlo todo, es mejor sugerir mucho, a fin de que quede algo para que la imaginación del pequeño trabaje y goce con ello.
Algunos pedagogos modernos están preocupados por que los cuentos sean científicamente graduados para la edad del niño y en proscribir los cuentos clásicos como Caperucita roja, Blanca Nieves, etc., porque falsean la mente infantil.
Para poder opinar con acierto este punto es preciso recordar cómo evoluciona la mente infantil: ella pasa por varias etapas semejándose a la del hombre primitivo, en lo que tiene de mágica y animista, y solamente a los siete años entra en la etapa de la razón y la lógica. La experiencia de siglos han demostrado que el niño goza inmensamente con el cuento mágico y que la realidad es suficiente para enseñarle a no confundir las situaciones ficticias.
El cuento
Cuando el ambiente trata duramente al niño, éste se refugia en el cuento como evasión. Pero la razón de su huída de la realidad no debe buscarse en el cuento sino más bien en sus necesidades insatisfechas. El adulto se evade de la realidad leyendo novelas. La ficción sirve de relax para después del trabajo.
Alguien ha dicho que es ilógico pensar que sus angustias se deban a lecturas irreales, no es lo irreal sino lo real inalcanzable lo que atormenta al niño.
Los cuentos de Hadas
Originalmente los cuentos de hadas no fueron escritos para niños sino que su origen se pierde en las culturas primitivas. Parece que de Persia fueron llevados a Europa donde se les dio diversas características según los países.
Perrault, en Francia, escribió libros de este tipo en el siglo XVII y su fama ha ido en aumento hasta nuestros días.
Cine y TV
Presentan dos clases de problemas:
a. El problema moral y estético; si los programas que han de ver los niños son sanos y artísticos, el cine y la televisión están llenando su objeto educativo y proporcionan sano esparcimiento, de lo contrario deforman la delicada alma infantil, películas grotescas son causantes de terrores en los niños, y otras despiertan su sensibilidad en forma inconveniente.
b. El segundo problema es el de su salud; especialmente la vista sufre soportando durante horas la potente lente del televisor y del cine. Muchos niños se acuestan tarde, restando horas a su descanso, lo cual es muy perjudicial.
La radio presenta problemas morales similares porque los programas están generalmente destinados a los adultos y las novelitas que transmiten son bastantes mediocres, al igual que las canciones nada convenientes para ser aprendidas por pequeños ni por mayores que se precien de buen gusto. Se pueden aprovechar, en cambio, las horas que las radio emisoras dedican a la buena música, a la cual ha de acostumbrarse al niño desde pequeñito.
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