La conducta del niño

En gran parte la conducta del niño es el resultado del control sobre sus emociones. En esta publicación te contaré cómo actuar frente a los impulsos del niño, las formas de corregir al niño, cómo prevenir la mala conducta (lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer), las formas de castigo que nunca se deben emplear, y mucha más.

La supresión forzada de los impulsos internos del niño, amarga su ánimo y le impide reaccionar noblemente, de allí que sea necesario disciplinar la emoción, no así impedirla. Aunque es más fácil obligar al niño para que obedezca pasivamente las órdenes de los adultos, es más educativo enseñarle reglas inteligentes de conducta para que se maneje por sí mismo siempre que sea posible.


Formas de corregir al niño
Podemos clasificar las formas de corregir al niño en: positivas y negativas. Las primeras lo alientan en sus momentos buenos para que continúe con su conducta digna. Las segundas son verdaderos castigos, de los cuales son convenientes los cinco primeros, los cinco últimos jamás deben usarse.

Cómo prevenir la mala conducta

Formas Positivas
1. Proporcionarle el ejemplo que debe imitar. El niño es un ser imitativo y aprende fácilmente las actitudes de los adultos.
2. Aprobar cuando hace algo bueno.
3. Elogiarlo, lo cual constituye un estímulo.
4. Hacerle reflexionar para que desarrolle su reforzamiento.
5. Formarle hábitos.
6. Enseñarle el dominio de la emoción.

Formas negativas
1. Reconvenirlo.
2. Negarle un privilegio.
3. Aislarlo.
4. Ignorarlo.
5. Castigo físico en algunos casos
6. No deben usarse: amenazarlo, ridiculizarlo, regañarlo, compararlo con otros, sobornarlo, golpearlo.

El castigo es el medio que utiliza el adulto para detener las malas actitudes, pero más importante que castigar es prevenir la mala conducta enseñándoles desde pequeños a sentir y a desear profundamente lo que es bueno.
Nos ocuparemos en especial de las formas negativas de corregir al niño, algunas de las cuales se emplean muy mal generalmente:

Reconvenirlo: Consiste en llamarle seriamente la atención cuando su conducta no es conveniente, y hacerle ver que no se tolerará una segunda ofensa.

Negarle un privilegio: Es una buena manera de hacerle comprender que no lo merece cuando se porta mal. Ejemplo: la madre no lo llevará a dar una vuelta por el parque si no quiere vestirse solo. Es muy necesario saber diferenciar entre un privilegio y un derecho. Por ejemplo algunas madres privan del postre a sus hijos cuando se portan mal. Esto es un error, porque el postre es necesario en la dieta de la criatura. No así el caso en que se les prive del postre mientras no terminen su comida. Es un derecho del niño alimentarse bien, no constituye un privilegio, como el caso de un paseo.

Aislarlo: Es otra forma pedagógica de corregir, y debe usarse de la siguiente 
manera: Un niño molesta a otro en un grupo, entonces le decimos con voz muy tranquila y natural: "Toma tus juguetes y anda a jugar sólo a otro lugar porque no sabes cooperar con los demás". Nòtese el uso que se hace de la palabra "cooperar", clave de la técnica de la educación social. Por otra parte, al niño siempre se le dirá: "¿quieres ayudar?" y no "te voy a ayudar", esto último lo debilita, mientras pedirle su ayuda lo fortifica, le da confianza en sí mismo.

Ignorarlo: Consiste en no darle importancia y es una práctica conveniente cuando trata de llamar la atención.

Castigo físico: Debe usarse muy poco; pero en algunos casos es necesario hacerlo con los pequeños que no atienden razones.

Las formas de castigo que no deben emplearse jamás son las siguientes

Amenazarlo: La amenaza es una promesa de castigo que trae dos resultados: o el niño actúa por miedo o bien se acostumbra a que lo amenacen y termina por no obedecer porque sabe que sus padres solamente amenazan y no lo castigarán. La amenaza sólo prueba una cosa: debilidad de carácter. El niño ha de saber desde temprana edad que debe sufrir las consecuencias de sus actos.

Regañarlo: Los regaños de la madre apartan al niño del problema. Es ella quien toma el problema en sus manos y expresa su sentir sobre el asunto no dejando expresarse al pequeño. Debería de ser lo contrario, darle oportunidad para demostrarnos cómo siente y piensa y ayudarle luego a vencer sus dificultades. Por otra parte, cuando la madre es regañosa, los hijos toman antipatía a su voz, y, a veces, este sentimiento perdura cuando son adultos.

Ridiculizarlo: Para que obedezca es apocarlo y desalentarlo. Muchas veces esta actitud del adulto ha formado complejos de inferioridad en los menores, especialmente cuando se trata de temperamentos emotivos.

Compararlo: Con otros niños es igualmente perjudicial y no tiene razón de ser, porque en cada niño hay un desarrollo diferente, conforme explicaremos más adelante.

Sobornarlo: Aunque el nombre extraña, eso es en realidad lo que hacen los padres cuando prometen algo que gusta al niño con el fin de que obre bien. A un niñito le daban un sol por quedarse en casa cuando sus padres iban al cine. 

Conforme fue creciendo hubo que darle más; así el regateo continuó durante largo tiempo. Sus padres le enseñaron desde pequeño que su buena conducta tenía un precio, que poco a poco fue fijado por el mismo chico.

Los premios
En general fallamos al no dar al niño los valores que él realmente necesita para desarrollarse normalmente: él quiere nuestro amor, aprecio y reconocimiento por cuanto hace. Cuando ejecuta algo bueno, brindarle aprecio es una verdadera recompensa: "Gracias hijito, por haberte portado bien esta tarde he podido hacer mis cosas en poco tiempo, me has ayudado mucho". Este es el mejor premio que se puede dar al niño.

El lema de esta lección sería: Nunca condene al niño no lo rebaje: Condene el hecho. No se le dirá: "Tú eres un mentiroso" sino "Estas equivocado, debes haber oído mal".

La agresividad
Conducta agresiva normal; todo ser humano es agresivo con su medio: lo demuestra la caza y la pesca necesarios para alimentarlos y vestirnos. La curiosidad intelectual es la agresividad de la mente.

¿Cómo evoluciona la agresividad en el ser humano?
a). Destrucción; la agresividad infantil al principio se dirige a la destrucción de objetos. Generalmente lo hace por curiosidad, por saber qué hay dentro. El ataque a otro niño es directo.

b). Simbolismo; conforme va creciendo el niño debe enderezar su agresividad que fue dirigida al principio a destruir, a eliminar, a romper, hacia formas socialmente aceptables que meramente simbolizan dicha destrucción, tales son los juegos de cowboys, de indios, de soldados, del superhombre, etc., que se manifiestan en la edad más agresiva, entre los 5 y 6 años y también entre los 10 y 11. Estos juegos constituyen una modificación parcial del instinto de agresión por medio de la fantasía e indican un estado de aprendizaje y control. En ellos se ve más fantasía que intención dañina.

c). Dominio; comienza el niño a querer dominar y así se forman las bandas de muchachos con sus jefes. El fin de dominar el mundo reemplaza al fin de destruirlo.

d). Cambia el objeto; el objeto de la agresividad cambia de las personas a las cosas, permitiendo así las contribuciones más constructivas para el medio, en la lucha por modificar las cosas. Cuando empieza esta etapa, debe cuidarse que el objeto de la agresión no solamente se desvíe de los miembros de la familia y amigos, sino también de las personas que difieren de él en raza, religión o situación social. El adulto que continúa siendo niño en este sentido necesitará siempre una persona o grupo de personas contra quien dirigir sus ataques. Tal tipo de agresión toma el nombre de "prejuicio", el cual puede ser social, de clase, de religión, etc.

Pero el niño que se comporta siempre agresivamente ya sea utilizando malas palabras o simplemente con su silencio o su mirada, haciendo pucheros, insultando, pegando, demorándose adrede, haciendo bulla con los pies o con las manos, debe ser estudiado por sus padres hasta encontrar la causa de su agresividad.

Causas de la agresividad infantil
1. Necesidad de seguridad, si el niño siente hostilidad, rechazo o insuficiente amor de sus padres, puede convertirse en agresivo con él mismo o con la sociedad.

2. Necesidad de protegerse, se vuelve agresivo para defenderse cuando presiente algún peligro.

3. Para obtener información dándoselas de más fuerte y de vencedor.
4. Para probar su madurez, esta forma de agresividad se manifiesta especialmente en la adolescencia, cuando el joven fuma o enamora para dársela de grande.

Corrección
1. Después de reconocer la causa de la agresividad ha de procederse de acuerdo para corregirla, es decir: proporcionar suficiente cariño al niño para que no se sienta inseguro; disipar su miedo a peligros como por ejemplo que otro hermano sea e preferido; darle atención por sus buenas obras; concederle responsabilidades que prueben que se confía en él y que se lo trata como a mayor.

2. No se le tratará con exagerada rigidez pero tampoco se le dará absoluta libertad, ambas actitudes provocan mayor agresividad.
3. La mejor regla es no responder con agresión. Esta sólo engendra mayor agresividad.

Mentira
1. Mitomanía, lo cual es una enfermedad que consiste en vivir la fantasía.
2. Su excesiva imaginación, o gran deseo de poseer alguna cosa, les hace aparecer como mentirosos, especialmente alrededor de los cuatro años, porque gozan hablando de algo que desearían y que a veces lo dan por hecho.
3. Para evitar castigos, el niño miente más en los hogares demasiado estrictos.
4. Miente para conseguir atención, alardea de cosas que no posee, etc.
5. La mentira es una consecuencia del robo.

Corrección
Nunca le llame "mentiroso". Esto lo denigra. Use frases así: "Tu y yo sabemos que eso nunca ha sucedido en esa forma, debe ser un error.
Explíquele la diferencia entre historias verdaderas y aquellas imaginarias.

Robo
1. Por necesidad física el niño diabético robará azúcar.
2. Para ganar atención o fama.
3. Para vengarse.
4. Porque no tiene fuerza de voluntad para privarse de algo que le gusta.
5. Algunos roban porque se les ha enseñado.
6. Enfermedad llamada cleptomanía.

Corrección
Al principio el niño toma lo ajeno porque necesita que lo aleccionen entre "mío" y "tuyo" pero es difícil enseñar cuando se refiere a cosas en común como la tiza de la escuela. Debe hablarsele de lo que pertenece a su familia, esto le aclara conceptos. Las dos primeras ofensas pueden tomarse como "errores", pero ofensas repetidas indican que la conciencia es defectuosa y necesita más enseñanza. Sin embargo nunca estropee su reputación: la restitución pública no es adecuada.

Pleito
Ocasionalmente el pleito se debe a fatiga o enfermedad que amarga la disposición del niño.

Corrección
Trate al pleitista con bondad y consideración, reafirme su sentido de importancia encauzando en forma sana esta tendencia. Los niños tratan a los demás en la forma que son ellos tratados. El ejemplo es la mejor enseñanza.

Acusación
1. Para sentirse ellos más buenos al denigrar al otro.
2. Para obtener la atención del adulto.
3. Para ejercer control sobre los otros niños.
4. Por un deseo insatisfecho.
5. Por venganza.

Corrección
El adulto debe decir al niño "Gracias, tú has visto eso, anda y díselo a él mismo". Debe comprender que el adulto no le presta atención.
Además de las acusaciones, le gusta llevar cuentos con el objeto de atraer la atención. Esta conducta alcanza su máximo a la edad de cinco a seis años. Desaparece entre los ocho y nueve. Lo mejor es no escucharlos.
La vida familiar de los niños bien adaptados

Un niño bien adaptado es aquel a quien se le ve feliz, juega bien con otros niños, tiene control razonable de sus emociones, se puede confiar en él, realiza cosas de acuerdo con su capacidad, es capaz de pensar por sí mismo, es amable y cooperador con sus maestros y compañeros, es querido y respetado por los de su edad.

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