La nutrición en niños

Se ha descubierto últimamente la importancia de la nutrición en la primera infancia y he aquí algunos conceptos que nos ayudarán a comprenderla: entre el nacimiento y los seis años el niño dobla su talla; perfecciona la construcción de su sistema nervioso central que estaba casi terminado al nacimiento. 


A los seis años su cerebro ha obtenido 90 por ciento del volumen y poder que tendrá cuando adulto, mientras todos sus mecanismos, sus conexiones, todas sus fibras nerviosas están listas para funcionar. En otras palabras, entre el nacimiento y los seis años el organismo se construye casi completamente.
Su pensamos en la rapidez de esta transformación comprenderemos que toda desatención en el cuidado del niño, sobre todo, si es prolongada, determinará que su crecimiento sea más lento y aunque el organismo trate de recuperarse no siempre lo logrará.

Los estudios demuestran que la alimentación que se proporciona al niño en los primeros días y primeros meses condiciona para siempre el funcionamiento de su organismo en general.

Nutrición
Se han hecho experimentos en América Latina con niños alimentados a base de líquidos y harina, que a los seis meses más parecen cadáveres vivientes, tratando de nutrirlos bien a partir de esa edad con el resultado que durante el primer mes su reacción es magnífica, pero al tercer mes se constata que quedarán definitivamente más pequeños, delgados y frágiles que los niños bien alimentados desde el nacimiento.

Sustancias alimenticias básicas
Los hábitos alimenticios se crean en la primera instancia, así como el gusto por los alimentos variados y nuevos. Al niño debe habituársele a una alimentación equilibrada, variada y sana.

El tipo de nutrición influye sobre el crecimiento del niño. El cuerpo requiere energías para sus actividades tales como: respiración, circulación, etc. Este requerimiento de energía lo obtiene el cuerpo de los alimentos que contienen carbohidratos tales como: azúcar, harina, papas, arroz, grasas como mantequilla y aceite.

Además los niños necesitan proteínas o alimentos estructurales para formar sus tejidos óseo, sanguíneo, muscular y nervioso. Las proteínas son proporcionadas por la carne, pescado, huevos, leche, menestras y frutas secas como pasas, guindones y nueces.

Los minerales son también constituyentes de los tejidos. Así el calcio, forma los huesos y lo contiene la leche especialmente; el hierro forma la hemoglobina de la sangre y está contenidos en los huevos; el yodo es necesario porque su falta produce la enfermedad llamada bocio. Lo contienen los mariscos.

Las vitaminas son necesarias para el buen funcionamiento de los órganos y se encuentran en las frutas y verduras frescas.

Alimentación del niño durante el primer año de vida

Primer trimestre, está constituida en su mayor parte por leche y líquidos. Después de la primera semana, si le ha sentado bien la leche, se le dará jugo de naranja, de papaya u otros de fácil digestión, comenzando por una cucharita.

Los cocimientos, a partir del segundo mes se le dará cereales en su biberón, ya sea los que vienen expresamente envasados para bebes o cocimientos a base de avena, quinua y trigo. En vez de preparar el biberón con agua se mezcla la leche con el cocimiento mencionado.

Segundo trimestre, la alimentación del bebe deja de ser exclusivamente láctea y comienza a tomar alimentos blandos o semisólidos, porque sus necesidades se van multiplicando. Se comenzará lentamente pues su organismo debe pasar de un tipo de alimentación a otro en forma insensible para evitar trastornos.

Se comienza así: a las 11 de la mañana hora del almuerzo se le prepara una sopita, de la cual tomará solamente 1 ó 2 cucharaditas. Esa sopa puede ser a base de carne desgrasada con toda clase de verduras, que hervirán hasta que se deshagan, con un poquito de sal. Se pasará por colador grueso o por licuadora, a fin de que quede espesa, no simples "aguitas". Se le puede agregar sémola, tapioca o maizena en la proporción de 3 a 4 cucharaditas para 4 onzas de sopa. Si las primeras dos cucharaditas de sopa no le ocasionan ningún trastorno se le da al día siguiente 3 o 4 cucharaditas. Este régimen progresivo durará unos quince días. Seguidamente el bebe a medida que toma más sopa dejará algo de su biberón, lo cual es normal.

Cuando se ve que la tolera muy bien, se le puede preparar un puré de papas, de espinacas o zanahorias, zapallo, etc., con leche y mantequilla comenzando siempre con 1 ó 2 cucharaditas.

A partir del tercer mes es necesario darle un poquito de yema de huevo e ir aumentando la proporción poco a poco, según la tolerancia de la criatura, porque al nacer el niño trae una provisión de hierro que dura tres meses, pero ni la leche materna ni la de vaca contienen hierro, necesario para tomar la hemoglobina, y si falta ésta el niño se hace anémico. Se comienza por darle un huevo pasado, la punta de una cucharadita. También se le puede dar crudo, si se conoce la procedencia de los huevos. Se le puede comenzar mezclándolo con el puré.

Cuando llega el bebe al sexto mes, su almuerzo está constituido por sopas y purés. Entonces, se puede moler la misma carne con que se preparó la sopa la que se añadirá al puré. Si el niño la rechaza, es mejor rallar la carne después de hervirla. Se va aumentando 1 ó 2 cucharaditas cada tres días. Es mejor comenzar con carne de res. A los diez meses se le dará ave, ternera y hasta carne de cerdo.

La fruta es necesaria. El puré de plátanos crudos es un magnifico alimento como postre después de almuerzo.

Hay que tener presente que no conviene que el niño pruebe dos alimentos al mismo tiempo. Sólo estando seguros de que un alimento ha sentado bien, se probará otro.

Cuando el almuerzo ya está bien establecido, se comenzará a dar la comida: una mazamorra a base de leche, fruta, harina y azúcar, comenzando en igual forma, es decir una cucharadita o dos.

Tercer trimestre, al octavo mes se añadirá a su dieta purés de menestras ( sin cáscaras), ricos en proteínas, calcio, fósforo, hierro y vitamina D. Se preparan con mantequilla, leche y un poquito de sal. Se pueden mezclar con puré de celgas, espinacas u otra verdura. Conviene variar el color del puré cada día para hacer variada su alimentación.

El delicado estómago del bebe no tolera condimentos. Evitar dar un alimento nuevo en la  comida de la tarde.

A los diez meses puede dársele pescado fino y bien fresco, cocido. Comenzando con 1 ó 2 cucharaditas, hay que observar bien como responde a las proteínas del pescado porque algunos niños son alérgicos. También se le puede dar pan o bizcocho de masa fina. Puede comer la fruta directamente, cruda o en forma de compota (hervida con un poquito de azucar y agua). Así se pueden preparar los duraznos, peras, manzanas. La papaya cruda es una gran fuente de vitamina C.
Al año de edad se añadirá a la dieta vísceras: hígado, seso, etc., una o dos veces por semana. Se le darán hervidas, simplemente, y comenzando siempre por la cantidad ya indicada.

Para que la alimentación sea aprovechada, a partir de los seis meses es necesario que sea variada, es decir, que tenga distintas consistencias, colores y sabores. A esta edad el bebe duplica su peso, pues llega a 7 kilos, de allí la importancia de la nutrición completa a partir de entonces.

El niño entra al año de edad comiendo de todo, pero hay que tener cuidado con los alcaloides y es preferible que se acostumbre a tomar su taza de leche sola, en lugar de ponerle café o té, ni tampoco cocoa porque se ha comprobado que el ácido salicílico que contiene los pone pálidos, es decir, un poco anémicos. La cocoa produce también estreñimiento.

Los primeros dientes, la salida del primer diente va acompañada de algunos trastornos como estómago suelto, se le ve fastidiado y llorón. Eso ocurre hacia los seis meses.

Los primeros dientes o "dientes de leche" que serán cambiados a los seis años tienen mucha importancia porque si salen caries, hay que sacar algunos o algunas muelas, el espacio de la encía se va cerrando y como los definitivos ya no encuentran lugar ello da origen a dientes montados y fuera de lugar.

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