Organización económica inca

La organización económica inca estuvo basada en el cultivo intensivo de la tierra, con lo cual se aseguraron el alimento, tanto individual como colectivamente. De la misma manera, procuraron satisfacer sus necesidades de vestido y de vivienda que son tenidas como fundamentales en el proceso de supervivencia del ser humano. Si bien es cierto que atendieron también a necesidades de orden secundario, sin embargo, esto no constituyó atención preferencial en el incario, ya que primó, sobre todo, la vida en comunidad y el bienestar colectivo.

PRODUCCIÓN
Para producir necesitamos el concurso de tres elementos (más propiamente fuerzas) que son: tierra, trabajo y capital.

La tierra, tenencia y distribución
La producción en el incanato descansó en el cultivo intensivo de la tierra o "pacha-mama". Nunca se dio más vinculación entre el hombre y la tierra que en esta época. Ella les suministró los productos necesarios para poder subsistir y a ella se dedicaron con gran ahínco; a ella vincularon sus fiestas, sus cánticos y sus danzas.

El único poseedor, o propietario de las tierras, en el imperio era el Estado, representado por el Inca. Sin embargo, con fines de trabajo, cultivo y usufructo, anualmente se procedía a su reparto de la manera siguiente:

a) Tierras del pueblo: Eran las que se adjudicaban a los miembros de los ayllus, cuyos productos les servía de sustento. Cada miembro varón del ayllu recibía un tupu u topo, mientras que a cada mujer se le asignaba medio topo. El topo no tenía una medida igual, sino que variaba de acuerdo a la fertilidad del suelo o si éste era de riego o de secano. Se estima, sin embargo, que su extensión debía satisfacer las necesidades de la familia. Anualmente se realizaba la distribución de tierras, señalando, también, las destinadas a los ancianos y desvalidos, cuyas parcelas eran trabajadas por los miembros de la comunidad bajo la forma del ayni. Al morir el individuo sus tierras volvían a la comunidad para ser repartidas nuevamente.

b) Tierras del Inca: Eran las áreas cuyos productos estaban destinados para la manutención de la Realeza y la Nobleza, los demás funcionarios y el ejército. El sobrante se guarda en graneros y almacenes y constituían provisiones para casos de epidemias, escasez o malas cosechas. Estas tierras eran cultivadas mediante la forma de minka.

c) Tierras del Sol: Eran aquellas cuyos productos estaban destinados al sostenimiento de los personajes dedicados al culto, como los Sacerdotes, las Vírgenes de Sol y para la preparación de ofrendas que se realizaban durante las fiestas religiosas. Eran trabajadas, también, bajo la forma de minka.


El trabajo
Representó la principal actividad del imperio que bien podría sintetizarse en la frase de "el que no trabaja no come". Precisamente por esto el trabajo tuvo estas tres características:

a) Obligatoriedad, todos los runas y en general todos los integrantes de los diferentes estratos sociales incas, deberían trabajar, nadie podía eximirse de ello.

b) Equidad, cada individuo trabajaba de acuerdo a su capacidad. No se dio el caso, que hoy presenciamos, de que personas fuertes efectúan trabajos fáciles y, por el contrario, personas débiles ejecutan trabajos pesados. Inclusive el trabajo era gradual en concordancia con el desarrollo y edad de los niños, jóvenes y adultos.

c) Alternabilidad, no siempre se trabajaba en lo mismo. Existían períodos de descanso y variación en el trabajo. Esto lo practicaron para desterrar el cansancio y el tedio o aburrimiento entre los miembros de la colectividad.

Sistemas o formas de trabajo
Las formas de trabajo durante el incanato fueron:

a) El ayni, que es el trabajo individual o colectivo de ayuda mutua. Tradicionalmente se ha resumido en la frase de "todos para uno y uno para todos". Esta forma se ejecutaba en las tierras del pueblo cultivando topo por topo colectivamente; cada familia ayudaba a sus vecinos y, luego, era ayudada en la labranza de su tierra, es decir, existió la reciprocidad en el servicio o prestación del trabajo (trabajo contra trabajo).

b) La minka, que era el trabajo, también colectivo, que se efectuaba en las tierras del Sol y del Inca o en algunas obras cuyo servicio iba destinado al bien público tales como caminos, puentes, obras arquitectónicas, etc. Aquí también existe la reciprocidad, pero en beneficio, ya que parte de los productos de las tierras trabajadas por este sistema se guardaban en los almacenes para casos de escasez de los cuales, entonces, se beneficiaba el pueblo, beneficio que también encontraba cuando utilizaban los caminos o los puentes que habían construido colectivamente.

c) La mita, era el trabajo por turno y obligatorio que se realizaba en faenas muy pesadas y penosas que exigían al máximo de esfuerzo como las minas, los cocales (por lo insalubre de la zona alto selvática que no colonizaron los incas), algunas obras públicas, etc. Esta forma la aplicaron para preservar el capital humano y no comprometer la salud de los trabajadores.

Capital
El capital como medio de producción, tal como ahora se entiende, no existió durante el régimen imperial inca. Por eso en este aspecto mencionamos únicamente la presencia del trueque mudo. Este consistió en el intercambio de producto contra producto que los interesados intercambiaban, por ejemplo, capas con maíz, hojas de coca con frutas, plumas con algodón, etc. Por lo demás, al no existir la propiedad privada, ni la empresa privada, se dio paso a la economía planificada estatal, este fue quien se preocupó de que el hombre, capital humano, estuviese asegurado en su satisfacción y bienestar para que pudiese rendir y producir en la medida que el Estado le exigiese y necesitase.

CIRCULACIÓN
La circulación de los productos con fines de comercio fue restringida, ya que la organización económica buscaba que cada individuo, ayllu, provincia o región se autoabasteciese. El traslado de los productos se hizo mediante los auquénidos, llama y alpaca y también a través de los llamados "indios cargueros", que eran quienes con los productos a la espalda los transportaban con suma agilidad por entre valles y quebradas de los andes y aún por los caminos de la Costa.

El comercio interno se realizó en poca escala mediante las llamadas "ferias", como las que se efectuaban en Pucará, Jauja. A su vez, el comercio exterior se practicó, más que nada, con fines de espionaje hacia los pueblos vecinos y por conquistar. Para ello surcaron el mar por medio de grandes balsas en las que llevaron los productos a intercambiar y que lo constituían objetos de oro, plata, brazaletes, piedras preciosas, etc., así arribaron a las costas del Ecuador, Colombia, Panamá y Centroamérica.

DISTRIBUCIÓN
Está representada por la forma cómo se almacenaron y guardaron los productos para su posterior uso en beneficio de la colectividad. Los depósitos tomaban el nombre de pirhuas o collcas y se construían fuera de los poblados, en "lugares altos, frescos y airosos, cerca del camino real". Existían variedad de depósitos, unos que almacenaban el maíz, otros los tubérculos, las frutas, la carne seca (charqui), las ojotas o calzado, etc. Dentro de esta variedad tenían prelación los depósitos destinados para el uso del ejército con provisiones de armas y de víveres, luego los del Inca y la realeza y, por último, los que abastecían a la comunidad en tiempos de calamidad pública.

CONSUMO
La necesidad consumitiva del habitante del imperio estaba asegurada, ya que el Estado como entidad previsora había concedido lo suficiente para subsistencia del individuo. En esta forma, el consumo equivalía a dar cada uno según su necesidad, tanto en alimentación, vestido y vivienda que, en alguna forma, eran los únicos rubros en donde se podría hablar y aplicar el concepto de propiedad. Como integrante de la comunidad el habitante producía, pero la comunidad le repartía lo que necesitaba para desarrollar las funciones que el Estado le exigía; el runa tenía poco pero no pasaba hambre, ni carecía de vivienda, ni de vestido. El sentido social y de seguridad social se hizo evidente en tiempos del Incanato.


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