Historia Inca

Se denomina Cápac Cuna a la lista de los Incas (civilización que forma parte de la Historia del Perú) que gobernaron el Imperio, desde comienzos del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, cuando llegaron los españoles. En la mayoría de los casos se ha seguido la lista que proporciona Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales, donde considera a catorce el número de monarcas. Sin embargo, estudios posteriores determinan que sólo son doce:

Dinastía Urin
Manco Cápac              -  Jefe Poderoso
Sinchi Roca                -  
Demasiado Poderoso
Lloque Yupanqui         -  Zurdo Memorable
Mayta Cápac              -  ¿Dónde está el poderoso ?
Cápac Yupanqui         -  Perdurable, Poderoso

Dinastía Hanan
Inca Roca                  -  Ser Luminoso
Yahuar Huaca            -  El que llora sangre
Wiracocha                 -  Salvador del Imperio
Pachacútec                -  Transformador
Túpac Inca Yupanqui  -  Resplandor luminoso memorable
Huayna Cápac           -  Mozo Poderoso
Huáscar                    -  Cadena de Oro

En la relación de Incas no se toma en cuenta a Atahualpa, que sería el número trece, "gobernante usurpador", ya que no llegó a coronarse Inca ni se ciñó la Mascaipacha Imperial (era un tipo de cordón tejido que envolvía varias veces la cabeza al Inca, esto era en otras palabras su corona), distintivo de la nobleza y dinastía cusqueña, en la cual no fue considerado. Tampoco se consideró él como miembro de esta dinastía.

Incas del período legendario o curacal

Manco Cápac fue el fundador del Imperio. Sometió a las primitivas tribus del Cusco, dominando en una extensión de 10 leguas alrededor del Cusco. Su existencia ha sido puesta en duda, ya que algunos creen que sólo se trata de un ser mitológico, mientras que otros sostienen que ha sido un audaz aventurero que gracias a su inteligencia dominó, pacíficamente, a los pobladores del valle de Huatanay.

Sinchi Roca era fuerte y hábil en el manejo de las armas, logró la anexión pacífica de algunos pueblos y, al decir de Garcilaso, conquistó a los puquinas y a los canchis.

Los Incas de la confederación cusqueña

Lloque Yupanqui penetró hasta el oeste del Kollao y sometió a canas y collas, construyendo la fortaleza de Pucará, pero tuvo que enfrentar una serie de rebeliones en la misma confederación, como la de los maras a los que aplastó sangrientamente.

Mayta Cápac al subir al trono tiene que terminar con los rebeldes confederados, lo que daría definitivamente el predominio a los incas sobre el resto de las tribus. Continuó la conquista del altiplano, llegando hasta el río Desaguadero. Se dirigió luego, hacia el suroeste dominando la región de Moquegua y llegando, por primera vez, al mar.

Cápac Yupanqui fue el último de los Urin Cusco. No hizo nuevas conquistas por dedicarse a contener las sublevaciones de los pueblos sometidos, especialmente los ubicados en la región del Apurímac.

Inca Roca inicia la dinastía de los Hanan Cusco trasladando la residencia imperial a la parte alta de la ciudad. Fundó las escuelas o Yachay Huasi y tuvo que hacer frente a los chancas que habitaban entre Andahuaylas y el río Pampas y que, también, habían iniciado un proceso de expansión y de confederación rival a la de los incas.

Yahuar Huacca cuyo nombre le viene por el hecho de que al ser raptado por la tribu de los ayarmacas, el príncipe Titu Cusi Huallpa, como se llamaba, empezó a derramar sangre que asustó a sus captores. Ya en el gobierno sometió la región de Atacama.

Wiracocha se dice que se le apareció la divinidad suprema. Ticci Wiracocha, de allí su nombre. Se nos muestra como el primer gobernante con aspiraciones imperialistas, ya que no sólo se contentó con imponer tributos a las tribus vencidas, sino que consolidó y retuvo las guarniciones y territorios de los vencidos, asegurando el dominio permanente de los pueblos conquistados de la zona aledaña del Cusco. Debió soportar, nuevamente, el levantamiento de los chancas, quienes disputaban la hegemonía sobre la región y, por ello, atacaron con mayor fuerza que durante Inca Roca. Wiracocha, junto con el príncipe Ucro, huyen al valle de Yucay; el Cusco está a merced de los chancas; entonces otro príncipe, hijo del monarca, llamado Cusi Yupanqui (o Inca Yupanqui), toma el mando de los ejércitos quechuas, los organiza militarmente y combate a los invasores. Entabla un duelo personal con el jefe de los chancas, Asto Huaraca, lo vence y lo hace decapitar, mostrando la cabeza del vencido ante sus enemigos, que huyen perseguidos por las fuerzas de la confederación cusqueña, hasta las mismas orillas del Apurímac. Al subir al trono lo hace con el nombre de Pachacútec.

Los Incas de la expansión y apogeo

El Inca Pachacútec es el gran soberano, el verdadero organizador y creador del Imperio que se denominaría Tahuantinsuyo y que durante su época dilató, enormemente, sus fronteras.

Lo primero en realizar sería la consolidación de su autoridad sobre los pueblos confederados para lanzarse, luego, a la conquista de nuevas regiones, tarea que contó con la eficaz ayuda de su hijo Túpac Yupanqui, mientras que él permanecía en el Cusco para organizar al nuevo estado imperial. Los ejércitos así distribuidos y hábilmente dirigidos, llegaron a establecer el dominio de la actual Bolivia, penetrando hasta Tucumán (Argentina), y por la costa dominaron hasta Tarapacá y Arequipa; esto por el lado del Collasuyo y del Contisuyo. Por el Chinchaysuyo dominaron a los huancas (Huancayo), Huaylas (Ancash) y Caxamarcas (Cajamarca), pero las grandes confederaciones de la costa ofrecieron enorme resistencia, hasta que al fin, fueron vencidas, primero la confederación de los chinchas, y luego con la ayuda de los señores de Cuismancu y Chuquismancu, pudieron conquistar el Gran Chimú.

Con sus grandes campañas, extendió sus dominios constituyendo el Tahuantinsuyo, dividido en cuatro regiones o Suyos (Chinchaysuyo, Contisuyo, Collasuyo y Antisuyo); impuso la obligatoriedad del idioma quechua y el culto a los dioses imperiales, pero respetando las creencias religiosas y las lenguas o dialectos de los pueblos conquistados. Así, al lado del Templo de Pachacámac edificó los Templos del Sol y de la Luna; construyó caminos, tampus, fortalezas, creó el sistema de los chasquis o postillones, dictó leyes sabias y reformó la organización social; embelleció la ciudad del Cusco convirtiéndola en la ciudad de la piedra labrada, reconstruyó el Templo al Sol o Inti Cancha, que desde entonces se le ha llamado Koricancha (cerco de oro) e inició la construcción de la fortaleza de Sacsahuamán.

Túpac Inca Yupanqui siguió el ejemplo expansionista de su padre y, por sus dotes guerreras se le ha llamado "Alejandro Magno de América". Logró someter al reino de Chile, hasta el río Maule, pero fue impedido de avanzar más hacia el sur por los aguerridos araucanos; también trató de consolidar su autoridad en la región de Tucumán. Por el norte, dominó a los huamachucos y chachapoyas y sufrió una sorpresiva derrota con los bracamoros (Jaén) para luego dominarlos y continuar avanzando y vencer a los cañaris, paltos y punás en el actual Ecuador. Se dedicó, por último, a la conquista de los caras, quitus o siris, gobernados por el Siri Hualcopo Duchicela, conquista que ya habría de terminar después su hijo Titu Cusi Huallpa (Huayna Cápac).

Fue el primer Inca que navegó en el Océano Pacífico conduciendo a un poderoso ejército y llegando hasta las islas Galápagos, durante una travesía de aproximadamente un año, según cronistas españoles. Según otros, afirman que fue más lejos aún, hasta la Polinesia.

Huayna Cápac subió al poder hacia el año 1488. Tuvo que hacer frente a las sublevaciones de Chile, Tucumán y Chachapoyas a los que sometió sangrientamente para, enseguida, enfrascarse en la dominación y conquista de la turbulenta región del norte, iniciada ya por su padre Túpac Inca Yupanqui. Aquí en esta zona se radicó en la ciudad de Tumibamba. Sometió a los belicosos cañaris, paltos y punás que nuevamente, se habían sublevado, terminando luego la conquista de los caras. Sus ejércitos triunfantes continuaron más al norte llegando a la región de Pasto (Colombia), extendiéndose el límite del Imperio hasta el río Ancasmayo (río Azul) marcando, de esta manera, el extremo septentrional del Tahuantinsuyo.

Al establecerse en Tumibamba (Ecuador), embelleció a esta ciudad, contrajo matrimonio con una noble de este lugar y formó una nobleza rival a la del Cusco que, a la postre, sería la ruina del Imperio.

La guerra civil entre Huáscar y Atahualpa
El conflicto surgido entre Huáscar y Atahualpa marca la decadencia del Imperio de los Incas. Al término de esto el monarca triunfante, Atahualpa, no disfrutaría mucho de su victoria pues ya los españoles pisaban territorios del Tahuantinsuyo y, posteriormente, llevarían a efecto el apresamiento del soberano iniciando con ello la conquista y dominación española en nuestro suelo.

El legítimo heredero, designado por Huayna Cápac era su hijo el príncipe Ninan Kuyuchi, quien murió casi al mismo tiempo que su padre, víctima de una extraña peste que asoló la región ecuatoriana (probablemente fue la viruela traída por los españoles y que se propagó desde Pañamá). Pero como aún en vida, Huayna Cápac había designado a Huáscar como segundo sucesor al trono imperial, entonces éste se ciñó la Mascaipacha que lo acreditaba como gobernante del Tahuantinsuyo al que también aspiraba su hermano bastardo Atahualpa, que habiendo nacido en el Cusco había sido asimilado a la nueva nobleza de Quito y que, de esta forma, veis postergadas sus ambiciones.

Encolerizado, Huáscar porque su hermano na había acompañado los restos de su padre, de Quito al Cusco, y porque tampoco había acudido a rendirle homenaje de sumisión y pleitesía, castigó con la muerte a la embajada que Atahualpa le había enviado para presentarle sus excusas por su inasistencia al Cusco. Pensó de esta manera Huáscar, hacer sentir su autoridad. No lo consiguió ya que esta actitud del gobernante cusqueño, provocó la sublevación de Atahualpa, desencadenándose la guerra civil.

En el curso de los acontecimientos Huáscar consiguió éxitos iniciales. El general Atoc, enviado por él, logró derrotar a las huestes de Atahualpa en la batalla de Tumi-pampa. Atahualpa fue hecho prisionero pero logró fugarse. Reorganizó su ejército y cerca al Cusco derrotaron al ejército de Huáscar en la batalla de Quipay-pampa. El ejército triunfante de Atahualpa se volcó sobre la Ciudad Imperial, la que fue saqueada y destruida completamente. Huáscar fue hecho prisionero y obligado a presenciar esta destrucción. Se buscaba no dejar vestigios de lo que había sido la ciudad del Cusco, así como de su arrogante nobleza imperial.

En esta forma se precipitaba la ruina del Tahuantinsuyo. El poderío imperial estaba debilitado. Atahualpa, luego de la victoria de sus generales, retornó hacia el norte, deteniéndose en Cajamarca. En estas circunstancias hacían su aparición los españoles en la costas de Tumbes. Más tarde, Atahualpa fue hecho prisionero por los invasores españoles y, desde allí mandaría matar a su hermano Huáscar que aún se encontraba en prisión. A su vez, él fue ajusticiado el 26 de julio de 1533.


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