Organización caminera inca

Un territorio tan extenso como lo era el Tahuantinsuyo, necesitó unir, en todo momento, sus diversas áreas y ello lo entendieron muy bien los gobernantes incas que acudieron al modo más eficaz que para esto pueda existir: una sabia política vial. Sabia política vial no en el sentido de beneficiar a unos cuantos en prejuicio de la mayoría, como sucede las más de las veces, sino, antes bien, para provecho y utilidad de todos los estudiosos de la Historia del Perú Antiguo, los incas construyeron una red de caminos que superaron en todo sentido a los caminos de Roma y Egipto, catalogados como los mejores de la antigüedad, y, al decir del explorador americano Victor von Hagen, "mientras los europeos viajaban por senderos llenos de fango y de lodo, los peruanos ya caminaban por carreteras que no tenían igual en otras partes, no existía nada en Europa o Asia, que pudiera servir de comparación".

Hoy día causa asombro y admiración la estupenda red de caminos que atravesando el Tahuantinsuyo de uno a otro confín, unía las regiones formando una sola gran unidad: la unidad del Imperio. El suelo peruano es sumamente accidentado y no se presta, fácilmente, para su recorrido; sin embargo, esto no arredró a los incas que tramontaron los andes, atravesaron los valles y desiertos y vincularon los pueblos y ciudades del viejo y antiguo Perú, dando muestra de su sagacidad y de su elevada técnica en materia de construcción. Y como el Cusco era el "centro u ombligo de su territorio y de su mundo", pues allí partían todos los caminos en dirección a los cuatro suyos.

TAMBOS
Eran edificios situados a lo largo de los caminos donde podían proveerse de alimentos, vestidos y armas los funcionarios que venían enviados por el Inca. El edificio estaba conformado de una sola pieza y previsto de tres puertas; era atendido y cuidado por personajes especiales que, además, tenían la misión de mantener en buen estado las existencias del tambo. Los viajeros particulares no podían participar de estos beneficios, pues ellos estaban obligados a portar sus propios alimentos.

CHASQUIS
Estos veloces corredores, famosos por su resistencia, constituían los correos humanos del imperio. Estaban especialmente entrenados desde su niñez; se les alimentaba con maíz y se les habituaba a beber agua una sola vez al día. Cerca a los tampus, en lugares elevados y aproximadamente a una distancia de cinco kilómetros entre ellos, vivían los chasquis, siempre en número de dos. El sistema funcionaba de la siguiente forma: partía un chasqui a gran velocidad y cuando se acercaba a la posta siguiente, el chasqui de turno, tan pronto lo divisaba, bajaba a la carretera y lo esperaba listo. Al llegar el chasqui ante el relevo, le entregaba el mensaje con esta palabra "chasqui", que significa "recibe". Acto seguido partía el relevo hasta la próxima posta y así sucesivamente. El funcionamiento tan eficaz del sistema de chasquis, permitió al Inca recibir noticias con increíble rapidez, así, se dice, que de Quito al Cusco sólo se demoraban diez días para cubrir una distancia de 2400 kilómetros.

Es de indicar que este servicio de comunicaciones sólo estaba al servicio del Inca y para las misiones que debían cumplir o informar los funcionarios del Estado, por consiguiente, ellos debían guardar en secreto todos los mensajes que recibían.

En casos de guerra se encendían grandes fogatas en las cumbres de los cerros, anunciando la rebelión o lo que se deseaba indicar, a fin de que el Inca, en el Cusco, tomará las medidas necesarias y aprestara a su ejército.


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