Organización administrativa inca

Al par que su organización política, los incas dispusieron de una eficiente estructura administrativa que les permitió atender las necesidades de los diferentes pueblos y regiones del Imperio Incaico, así como también mantener la unidad de todo el Tahuantinsuyo (parte de la Historia del Perú). Esta organización que la aplicaron preferentemente en el empadronamiento de los miembros del ayllu, tuvo como base el sistema decimal, aunque no sería de extrañar que, también, tuvieran como elemento la mano o la mitad de diez que es cinco. Ello explica el porqué los incas, y hasta ahora, en algunos lugares emplean la mano como unidad de medida. Según esto acostumbraban a hacer sus tasaciones de cinco en cinco o de diez en diez, lo que equivale a decir de una mano simple o de dos manos, aunque los cronistas españoles sólo han consignado lo último y de allí, que se haya tomado el sistema decimal como base de su estructura administrativa.

La organización
Fue la siguiente:

- El purej que corresponde al jefe de familia, al ciudadano casado, condición indispensable para asumir funciones dentro del imperio.
- El chunka kamayoc, quien gobernaba a diez familias.
- El pachaka kamayoc, cuya autoridad se extendía a cien familias.
- El waranka kamayoc, quien supervigilaba a mil familias.
-El hunu kamayoc, quien era el jefe de diez mil familias.

Apreciación
Conviene indicar que los jefes desde el purej hasta el pachaka kamayoc, salen elegidos dentro de los miembros de la comunidad y su duración en el cargo es de solamente un año. En cambio, desde el waranka kamayoc hacia arriba, estos funcionarios son nombrados directamente por el Inca por varios años. Este es un doble sistema de nombramiento: democrático en las clases populares y monárquico en los cargos y clases superiores.

De otro lado cabe mencionar que mientras los miembros de la comunidad hasta el jefe de cien familias (pachaka kamayoc) se reúnen, tanto hombres como mujeres, en asambleas denominadas Camachicos donde tratan los problemas referentes a los ayllus y buscan las soluciones más pertinentes, en cambio, los cargos superiores dan cuenta directamente a los jefes de Suyos. Además, y para tiempos de guerra, de cada cuatro humus salía un nuevo jefe que es el Huamani o Sinchi quien gobernaba cuarenta mil familias.

EL RUNA SIMI
Fue la lengua oficial del Imperio. Esta lengua estuvo representada por el idioma quechua, que al ser impuesta por los incas logró la unificación idiomática e hizo posible la aplicación de todo este sistema de empadronamiento y de administración. Sabido es que en el Perú antiguo existieron muchas lenguas y dialectos, entonces para aplicar mejor las normas y disposiciones del gobierno se hacía necesario contar con un elemento unificante, este fue el quechua. No significa esto que los demás dialectos y lenguas se dieran por terminadas, ni mucho menos que se les prohibiese, no, seguían hablándose, pero para la comunicación con las autoridades incas y como símbolo de vasallaje el quechua era el único medio hablante que debía y fue utilizado. Es la lengua mayor y mejor puesta en boca del hombre (Runa simi significa "boca de hombre") en relación a las otras lenguas que se hablan en el resto del territorio que los incas denominaron Huahua Simi ("boca de niño"), es decir, lenguas menores, de niño y sin mayor importancia. A todo esto se agrega que cuando se realizaba una alta reunión de autoridades y jefes incas con el mismo soberano, entonces utilizaban un idioma secreto que, posiblemente, fue el quechua originario, de los comienzos y empleado por los fundadores del Imperio.

EL TRIBUTO
Todo purej o jefe de familia hasta los cincuenta años debería contribuir con su tributo al régimen imperial inca. Este tributo era en especie y determinado anualmente por personajes especiales, o por el Tucuy Ricuj, que recorrían el territorio asignado lo que cada región, ayllu o zona debería entregar para su remisión al Cusco. Así la contribución era en maíz, quinua, oro, plata, doncellas para el Acllahuasi, chasquis, hombres para el ejército, auquénidos, etc. que eran entregados al Curaca quien en calidad de depositario los retenía hasta que los entregaba al Tucuy Ricuj, o a otro personaje especialmente designado, quien los enviaba mediante los indios mitayos e indios cargadores hacia la Ciudad Imperial. En realidad, el tributo no fue una carga impositiva y difícil de cumplir, por el contrario, en muchos casos se sobrepasó lo señalado por los "tasadores" enviándose más de lo requerido.

LOS QUIPUS
Constituyen "un sistema mnemótico contable", que sirve para anotar cifras y cantidades.

Tienen el carácter mnemótico, porque exigen el esfuerzo de la memoria, y tienen carácter contable puesto que su finalidad es indicar cantidades y números.

De otro lado, estos quipus estaban representados por una varilla de donde pendían o colgaban unos manojos de hilos de diferentes tamaños y colores, "en los cuales hilos se hacían nudos simples, dobles o compuestos" para expresar una cifra determinada. Así, por ejemplo, se deseaba expresar cien mazorcas de maíz, entonces se hacían dos nudos simples en un cordón amarillo, seguidos de nueve nudos dobles (los dos primeros nudos indicarían 5 + 5 = 10; y los otros nueve, 10 cada uno, igual 90. Ahora tenemos 90 + 10 = 100). Por lo general el color del cordón indicaba o semejaba mucho el color del producto o especie cuya cantidad se deseaba expresar.

Sólo en muy raros casos los quipus fueron utilizados para significar hechos históricos, y de ser así, únicamente los nudos hechos en tal o cual cordón, servirán como referencia para de allí, haciendo un esfuerzo de la memoria, poder recordar y reconstruir el pasado que se ha querido significar. Esto sucedía, sobre todo, en las anotaciones de hechos brillantes de los señores incas, cuyas hazañas se querían perennizar, aunque siempre numéricamente en este sistema de expresión.

Su manejo estaba a cargo de personajes especiales llamados Quipucamayos, quienes recibían un adiestramiento especial a lo cual ellos deberían su innata habilidad. Por lo general el cargo de quipucamayo era transmisible de padres a hijos con lo cual se aseguraba la forma mnemótica para recordar más fácilmente.


Organización política inca

El Imperio de los Incas (forma parte de la Historia del Perú) fue desde el punto de vista político, una monarquía absolutista y teocrática. El poder estaba centralizado en el Inca a quien se le consideraba de origen divino. El derecho de gobernar se tenía por herencia. De esta forma el esquema de la organización política era el que sigue:

El Inca
El Consejo Imperial
El Auqui (Príncipe Heredero)
El Apunchic (Gobernador)
El Tucuyricuj
El Curaca

El Inca; ya ha quedado establecido que el Inca era el soberano del Tahuantinsuyo que reunía en su persona tanto el poder político como religioso. Su poder era absoluto, sis órdenes se cumplían con la mayor celeridad sin que nadie las discutiese, pese a esto gobernó para beneficio popular, sin llegar al despotismo que fue la característica de las grandes monarquías absolutistas de la antigüedad. Residió en el Cusco donde cada Inca construyó un magnífico palacio; el Cusco se convirtió así, en la Ciudad Capital de este Imperio poderoso y, desde allí, se ejerció la labor gubernamental que a lo largo del extenso territorio debieron cumplir los funcionarios al servicio del estado y de la colectividad.

El Consejo Imperial; fue un organismo asesor integrado por los jefes de cada uno de los Suyos, vale decir, por los cuatro Suyuc-Apu. Se reunían bajo la dirección del Inca a quien daban cuenta de su labor desarrollada en sus respectivas regiones. Asesoraban y aconsejaban al monarca sobre cuestiones de mayor trascendencia para agilizar y perfeccionar el proceso administrativo-político del Imperio.

El Auqui; era el príncipe heredero que, por lo general era el hijo mayor, aunque se dieron casos que este auqui era nombrado entre los hermanos menores habidos en la Coya y, aun entre los bastardos habidos en otras concubinas del Inca, para lo cual se tenía que legitimarlos. Ésta legitimación consistía en que la Coya reconocía al hijo bastardo como suyo "sentándolo en sus rodillas y acariciándole el pelo". Lo que se buscaba, fundamentalmente, eran las condiciones que, como príncipe heredero, debería reunir el futuro gobernante del Estado Imperial Inca.

Una vez designado el Auqui, entonces, podía usar una Mascaipacha de color amarillo, era asistido, aconsejado y educado para las labores del gobierno y tomaba asiento junto al lado de su padre el Inca. Muchas veces el auqui participó en las funciones de la administración pública tomando decisiones propias, es decir, pusieron en práctica el sistema del correinado que los capacitó para cuando asumieran el poder.

El Apunchic; era el gobernador de las provincias encargados de mantener el orden en el interior del territorio, por eso era nombrado de entre los guerreros más valientes y distinguidos, ya que tenía tanto atribuciones políticas como militares. Habitaba, generalmente, en una fortaleza y viajaba al Cusco para las festividades del Inti Raymi y rendían cuenta de su labor sólo al Inca y al Consejo Imperial.

Los Tucuy-Ricuj; eran funcionarios estatales que viajaban de incógnitos por las diferentes regiones del Imperio, observando la forma como se aplicaban las disposiciones del Inca. Tucuy-Ricuj significa "el que todo lo ve". En el momento preciso se identificaban ante los habitantes por medio de unos hilos de la Mascaipacha del Inca, luego de lo cual empezaban su labor de administración de justicia, observancia de las autoridades locales en relación al cumplimiento de sus funciones. Tenían amplios poderes para imponer tributos y aplicar sanciones. Su persona era respetada por cuanto representaba al mismo Inca. Tenían relación directa sólo con el Inca y únicamente de él recibían las órdenes y sólo a él le daban cuenta de lo observado.

El Curaca; eran los antiguos jefes de tribus sometidas a quienes se les conservaba su poder por haberse sometido al vasallaje y sumisión al Inca. Desempeñaban las funciones de "Jefes de Ayllu", encargados de recoger los tributos y entregárselos al Tucuy-Ricuj para su conducción al Cusco. Era el personaje que estaba en contacto directo con la comunidad y, en consecuencia, era de su obligación velar por el orden, el trabajo, la producción, el personal para el servicio militar, la construcción de obras públicas, etc. A cambio de ello, habitaba en un pequeño palacete, disponía de una mayor parcela para su cultivo el que era efectuado por los vasallos, podía visitar al Inca y ser recompensado permitiéndoles tener como esposa a una Aclla. Los malos curacas eran destituidos de sus puestos y enviados a sitios desolados en las punas a prestar servicios como pastores.


Historia Inca

Se denomina Cápac Cuna a la lista de los Incas (civilización que forma parte de la Historia del Perú) que gobernaron el Imperio, desde comienzos del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, cuando llegaron los españoles. En la mayoría de los casos se ha seguido la lista que proporciona Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales, donde considera a catorce el número de monarcas. Sin embargo, estudios posteriores determinan que sólo son doce:

Dinastía Urin
Manco Cápac              -  Jefe Poderoso
Sinchi Roca                -  
Demasiado Poderoso
Lloque Yupanqui         -  Zurdo Memorable
Mayta Cápac              -  ¿Dónde está el poderoso ?
Cápac Yupanqui         -  Perdurable, Poderoso

Dinastía Hanan
Inca Roca                  -  Ser Luminoso
Yahuar Huaca            -  El que llora sangre
Wiracocha                 -  Salvador del Imperio
Pachacútec                -  Transformador
Túpac Inca Yupanqui  -  Resplandor luminoso memorable
Huayna Cápac           -  Mozo Poderoso
Huáscar                    -  Cadena de Oro

En la relación de Incas no se toma en cuenta a Atahualpa, que sería el número trece, "gobernante usurpador", ya que no llegó a coronarse Inca ni se ciñó la Mascaipacha Imperial (era un tipo de cordón tejido que envolvía varias veces la cabeza al Inca, esto era en otras palabras su corona), distintivo de la nobleza y dinastía cusqueña, en la cual no fue considerado. Tampoco se consideró él como miembro de esta dinastía.

Incas del período legendario o curacal

Manco Cápac fue el fundador del Imperio. Sometió a las primitivas tribus del Cusco, dominando en una extensión de 10 leguas alrededor del Cusco. Su existencia ha sido puesta en duda, ya que algunos creen que sólo se trata de un ser mitológico, mientras que otros sostienen que ha sido un audaz aventurero que gracias a su inteligencia dominó, pacíficamente, a los pobladores del valle de Huatanay.

Sinchi Roca era fuerte y hábil en el manejo de las armas, logró la anexión pacífica de algunos pueblos y, al decir de Garcilaso, conquistó a los puquinas y a los canchis.

Los Incas de la confederación cusqueña

Lloque Yupanqui penetró hasta el oeste del Kollao y sometió a canas y collas, construyendo la fortaleza de Pucará, pero tuvo que enfrentar una serie de rebeliones en la misma confederación, como la de los maras a los que aplastó sangrientamente.

Mayta Cápac al subir al trono tiene que terminar con los rebeldes confederados, lo que daría definitivamente el predominio a los incas sobre el resto de las tribus. Continuó la conquista del altiplano, llegando hasta el río Desaguadero. Se dirigió luego, hacia el suroeste dominando la región de Moquegua y llegando, por primera vez, al mar.

Cápac Yupanqui fue el último de los Urin Cusco. No hizo nuevas conquistas por dedicarse a contener las sublevaciones de los pueblos sometidos, especialmente los ubicados en la región del Apurímac.

Inca Roca inicia la dinastía de los Hanan Cusco trasladando la residencia imperial a la parte alta de la ciudad. Fundó las escuelas o Yachay Huasi y tuvo que hacer frente a los chancas que habitaban entre Andahuaylas y el río Pampas y que, también, habían iniciado un proceso de expansión y de confederación rival a la de los incas.

Yahuar Huacca cuyo nombre le viene por el hecho de que al ser raptado por la tribu de los ayarmacas, el príncipe Titu Cusi Huallpa, como se llamaba, empezó a derramar sangre que asustó a sus captores. Ya en el gobierno sometió la región de Atacama.

Wiracocha se dice que se le apareció la divinidad suprema. Ticci Wiracocha, de allí su nombre. Se nos muestra como el primer gobernante con aspiraciones imperialistas, ya que no sólo se contentó con imponer tributos a las tribus vencidas, sino que consolidó y retuvo las guarniciones y territorios de los vencidos, asegurando el dominio permanente de los pueblos conquistados de la zona aledaña del Cusco. Debió soportar, nuevamente, el levantamiento de los chancas, quienes disputaban la hegemonía sobre la región y, por ello, atacaron con mayor fuerza que durante Inca Roca. Wiracocha, junto con el príncipe Ucro, huyen al valle de Yucay; el Cusco está a merced de los chancas; entonces otro príncipe, hijo del monarca, llamado Cusi Yupanqui (o Inca Yupanqui), toma el mando de los ejércitos quechuas, los organiza militarmente y combate a los invasores. Entabla un duelo personal con el jefe de los chancas, Asto Huaraca, lo vence y lo hace decapitar, mostrando la cabeza del vencido ante sus enemigos, que huyen perseguidos por las fuerzas de la confederación cusqueña, hasta las mismas orillas del Apurímac. Al subir al trono lo hace con el nombre de Pachacútec.

Los Incas de la expansión y apogeo

El Inca Pachacútec es el gran soberano, el verdadero organizador y creador del Imperio que se denominaría Tahuantinsuyo y que durante su época dilató, enormemente, sus fronteras.

Lo primero en realizar sería la consolidación de su autoridad sobre los pueblos confederados para lanzarse, luego, a la conquista de nuevas regiones, tarea que contó con la eficaz ayuda de su hijo Túpac Yupanqui, mientras que él permanecía en el Cusco para organizar al nuevo estado imperial. Los ejércitos así distribuidos y hábilmente dirigidos, llegaron a establecer el dominio de la actual Bolivia, penetrando hasta Tucumán (Argentina), y por la costa dominaron hasta Tarapacá y Arequipa; esto por el lado del Collasuyo y del Contisuyo. Por el Chinchaysuyo dominaron a los huancas (Huancayo), Huaylas (Ancash) y Caxamarcas (Cajamarca), pero las grandes confederaciones de la costa ofrecieron enorme resistencia, hasta que al fin, fueron vencidas, primero la confederación de los chinchas, y luego con la ayuda de los señores de Cuismancu y Chuquismancu, pudieron conquistar el Gran Chimú.

Con sus grandes campañas, extendió sus dominios constituyendo el Tahuantinsuyo, dividido en cuatro regiones o Suyos (Chinchaysuyo, Contisuyo, Collasuyo y Antisuyo); impuso la obligatoriedad del idioma quechua y el culto a los dioses imperiales, pero respetando las creencias religiosas y las lenguas o dialectos de los pueblos conquistados. Así, al lado del Templo de Pachacámac edificó los Templos del Sol y de la Luna; construyó caminos, tampus, fortalezas, creó el sistema de los chasquis o postillones, dictó leyes sabias y reformó la organización social; embelleció la ciudad del Cusco convirtiéndola en la ciudad de la piedra labrada, reconstruyó el Templo al Sol o Inti Cancha, que desde entonces se le ha llamado Koricancha (cerco de oro) e inició la construcción de la fortaleza de Sacsahuamán.

Túpac Inca Yupanqui siguió el ejemplo expansionista de su padre y, por sus dotes guerreras se le ha llamado "Alejandro Magno de América". Logró someter al reino de Chile, hasta el río Maule, pero fue impedido de avanzar más hacia el sur por los aguerridos araucanos; también trató de consolidar su autoridad en la región de Tucumán. Por el norte, dominó a los huamachucos y chachapoyas y sufrió una sorpresiva derrota con los bracamoros (Jaén) para luego dominarlos y continuar avanzando y vencer a los cañaris, paltos y punás en el actual Ecuador. Se dedicó, por último, a la conquista de los caras, quitus o siris, gobernados por el Siri Hualcopo Duchicela, conquista que ya habría de terminar después su hijo Titu Cusi Huallpa (Huayna Cápac).

Fue el primer Inca que navegó en el Océano Pacífico conduciendo a un poderoso ejército y llegando hasta las islas Galápagos, durante una travesía de aproximadamente un año, según cronistas españoles. Según otros, afirman que fue más lejos aún, hasta la Polinesia.

Huayna Cápac subió al poder hacia el año 1488. Tuvo que hacer frente a las sublevaciones de Chile, Tucumán y Chachapoyas a los que sometió sangrientamente para, enseguida, enfrascarse en la dominación y conquista de la turbulenta región del norte, iniciada ya por su padre Túpac Inca Yupanqui. Aquí en esta zona se radicó en la ciudad de Tumibamba. Sometió a los belicosos cañaris, paltos y punás que nuevamente, se habían sublevado, terminando luego la conquista de los caras. Sus ejércitos triunfantes continuaron más al norte llegando a la región de Pasto (Colombia), extendiéndose el límite del Imperio hasta el río Ancasmayo (río Azul) marcando, de esta manera, el extremo septentrional del Tahuantinsuyo.

Al establecerse en Tumibamba (Ecuador), embelleció a esta ciudad, contrajo matrimonio con una noble de este lugar y formó una nobleza rival a la del Cusco que, a la postre, sería la ruina del Imperio.

La guerra civil entre Huáscar y Atahualpa
El conflicto surgido entre Huáscar y Atahualpa marca la decadencia del Imperio de los Incas. Al término de esto el monarca triunfante, Atahualpa, no disfrutaría mucho de su victoria pues ya los españoles pisaban territorios del Tahuantinsuyo y, posteriormente, llevarían a efecto el apresamiento del soberano iniciando con ello la conquista y dominación española en nuestro suelo.

El legítimo heredero, designado por Huayna Cápac era su hijo el príncipe Ninan Kuyuchi, quien murió casi al mismo tiempo que su padre, víctima de una extraña peste que asoló la región ecuatoriana (probablemente fue la viruela traída por los españoles y que se propagó desde Pañamá). Pero como aún en vida, Huayna Cápac había designado a Huáscar como segundo sucesor al trono imperial, entonces éste se ciñó la Mascaipacha que lo acreditaba como gobernante del Tahuantinsuyo al que también aspiraba su hermano bastardo Atahualpa, que habiendo nacido en el Cusco había sido asimilado a la nueva nobleza de Quito y que, de esta forma, veis postergadas sus ambiciones.

Encolerizado, Huáscar porque su hermano na había acompañado los restos de su padre, de Quito al Cusco, y porque tampoco había acudido a rendirle homenaje de sumisión y pleitesía, castigó con la muerte a la embajada que Atahualpa le había enviado para presentarle sus excusas por su inasistencia al Cusco. Pensó de esta manera Huáscar, hacer sentir su autoridad. No lo consiguió ya que esta actitud del gobernante cusqueño, provocó la sublevación de Atahualpa, desencadenándose la guerra civil.

En el curso de los acontecimientos Huáscar consiguió éxitos iniciales. El general Atoc, enviado por él, logró derrotar a las huestes de Atahualpa en la batalla de Tumi-pampa. Atahualpa fue hecho prisionero pero logró fugarse. Reorganizó su ejército y cerca al Cusco derrotaron al ejército de Huáscar en la batalla de Quipay-pampa. El ejército triunfante de Atahualpa se volcó sobre la Ciudad Imperial, la que fue saqueada y destruida completamente. Huáscar fue hecho prisionero y obligado a presenciar esta destrucción. Se buscaba no dejar vestigios de lo que había sido la ciudad del Cusco, así como de su arrogante nobleza imperial.

En esta forma se precipitaba la ruina del Tahuantinsuyo. El poderío imperial estaba debilitado. Atahualpa, luego de la victoria de sus generales, retornó hacia el norte, deteniéndose en Cajamarca. En estas circunstancias hacían su aparición los españoles en la costas de Tumbes. Más tarde, Atahualpa fue hecho prisionero por los invasores españoles y, desde allí mandaría matar a su hermano Huáscar que aún se encontraba en prisión. A su vez, él fue ajusticiado el 26 de julio de 1533.


Manifestaciones de la economía inca

La Agricultura fue la principal actividad económica durante el Imperio Inca (parte de la Historia Peruana). La tierra o "pacha mama" era la fuente de vida para su población, pues ella producía los elementos básicos de su alimentación. Los antiguos peruanos fueron grandes agricultores. No sólo conocieron los más variados productos alimenticios e industriales, sino que realizaron grandes obras de ingeniería hidráulica, como canales y reservorios e hicieron productivos los empinados flancos andinos, mediante la construcción de los andenes, ensanchando las áreas de cultivo, protegiendo al suelo contra la erosión y propiciando el aprovechamiento racional del agua. En la costa conocieron las bondades del guano de las islas que fue utilizado como abono.

Plantas cultivadas
Entre las plantas cultivadas distinguimos las plantas alimenticias y las industriales.

a) Plantas alimenticias: La principal planta alimenticia fue la papa. Con la llegada de los españoles éstos la llevaron a Europa y, después, su cultivo se difundió por todo el mundo. Es el legado más preciado que los incas han dejado para la humanidad.

Cultivaron, además, el maíz, utilizándolo en su alimentación como cancha, humita, tamal, harina o pito, en la elaboración de la chicha, etc. Otros productos fueron la coca, el olluco, la mashua, el frijol, el pallar, cañigua, la yuca, etc. y una gran variedad de árboles frutales como el pacae, la chirimoya, la lúcuma, el pepino, la papaya, la guayaba. Es de advertir que muchos de estos productos los incas los cogieron de los grupos culturales preincaicos y que ellos continuaron cultivándolos haciéndolos llegar, a través del legado español, hasta nuestros días.

b) Plantas industriales: Entre este tipo de plantas conocieron: el algodón, de cuyas fibras se hacían las telas, lo emplearon también en la confección de cordones y sogas; el tabaco que lo emplearon como resina; el jebe, etc. Conocieron, además, algunas plantas medicinales como la quina y la coca.

Herramientas de labranza
Entre las herramientas de labranza usadas en la época incaica tenemos:

a) La chakitajlla; arado de pie que consistía en un palo de más o menos un metro de longitud, terminado en punta. A unas diez o doce pulgadas de esta punta, estaba atravesado por otro palo pequeño, en forma horizontal y sobre el cual el agricultor apoyaba el pie para introducir la herramienta en el suelo.

b) La rankana o racuana; era una herramienta de mano, a modo de pequeño bastón, terminado en punta, con la que las mujeres roturaban la tierra.

GANADERÍA
Indudablemente que de todas las culturas antiguas de América pre-colombina, fueron los incas los únicos que tuvieron un sistema de ganadería, representada por la crianza de auquénidos: Llama, Alpaca, Guanaco y Vicuña.

La Llama fue el animal más útil, pues de su carne hacían alimento; de su lana, vestido; de su cuero, fuerte calzado y de sus huesos, herramientas para el tejido o instrumentos musicales. Además, de su grasa hacían combustibles para las lámparas y su estiércol era usado como fertilizante. La llama era el elemento principal para el transporte, no obstante su capacidad de carga de sólo 50 kilos, sin embargo, podía soportar días enteros sin comer ni dormir, de allí que los españoles la denominaron, como el "camello americano".

La Alpaca fue utilizada por su lana, lo mismo que la vicuña que se encontraba en estado semidoméstico y que era apreciada por la lana que proveía y cuya aplicación se hacía en la confección de finísimos vestidos para el Inca.

Tuvieron, también, como animal doméstico, a una especie de perro al que llamaron Allqo, el que vivía en las casas o sus alrededores y que los incas consideraron como una carga que debían mantener.

CAZA
A la cacería en la Época Incaica de le llamaba Chako. Durante la época señalada por el Inca, que se establecía cuando los animales habían llegado a su límite de procreación, se daba comienzo a las actividades de caza que era realizada por un número considerable de individuos, los que formaban una gigantesca cadena de cinco o seis mil hombres, a modo de anillo de varios kilómetros que, paulatinamente, se iba estrechando encerrando, así, a los animales entre los que se encontraban vicuñas, llamas, alpacas, pumas, jaguares, etc. Llegado el momento y profiriendo grandes gritos, los jóvenes se lanzaban a atraparlos. Una vez cogidos, a los machos se les trasquilaba y beneficiaba para aprovechar su carne, mientras que a las hembras, después de trasquilarlas, se les soltaba para que continuasen su función reproductora. Después de esta época estaba prohibido efectuar actividades de caza.

PESCA
La actividad pesquera la desarrollaron los incas tanto en el mar como en los ríos. Para ello utilizaron anzuelos hechos a base de huesos de animales, flechas, arpones y redes confeccionadas con fibras vegetales de gran resistencia. Emplearon también sustancias resinosas que vertían en las aguas de los ríos y que adormecían a los peces que así eran cogidos por los individuos.

LÍTICA
Así como de la tierra sacaron el elemento necesario para su sustento, así también, los incas realizaron un admirable trabajo sobre la piedra que fue el elemento básico de sus construcciones. En este trabajo lítico hay que distinguir tres momentos:

a) La extracción de la piedra; que la hacían perforando los flancos de las montañas, las canteras, el fraccionamiento de los grandes bloques mediante la diferencia de temperatura (calentaban la piedra y luego le echaban agua posiblemente helada) y el modelado y tamaño necesario para la construcción.

b) El traslado; que era efectuado a viva fuerza, halando los bloques de piedra desde la cantera, lugar de su extracción hasta el sitio en que iba a ser colocada. Para ello debieron utilizarse decenas, cientos y aun miles de personas que mediante sogas, palancas de troncos de árboles, cuñas de piedra, etc. servían para ir movilizando a este material que, a veces, debía de atravesar ríos para lo cual utilizaban vados (parte menos caudalosa del río), o ascender por quebradas hasta que al fin llegaba a su destino.

c) La colocación; que se efectuaba previo el tallado y modelado de la piedra de acuerdo a lo que se necesitaba. Para su colocación en el muro, también se utilizaban palancas y, fundamentalmente, el plano inclinado a base de terraplenes que, progresivamente, se iban confeccionando y por donde hacían subir a la piedra hasta que engarzaba perfectamente en el muro. Es de admirar, que en sus construcciones no utilizaron la argamasa y que los bloques de piedra encajaron perfectamente entre ellos no advirtiéndose ranura ni abertura por donde se pudiese distinguir de un lado a otro.

TEXTILERÍA
La textilería inca estuvo bastante desarrollada durante el incanato. Utilizaron el algodón y la lana de los auquénidos (llama, alpaca y vicuña). Los tejidos se caracterizan por la finura de la trama y por la vivacidad y variedad de los colores. Sin embargo, pese a esta depurada técnica, no llegaron a igualar a los tejidos hechos por la cultura Paracas.

La lana de vicuña era utilizada en la confección de los vestidos del Inca y de los nobles, mientras que los hombres del pueblo utilizaban la lana de alpaca, llama y el algodón. Tejían en un rústico telar de mano formado por dos travesaños de madera, dispuestos de modo que la tejedora se ataba uno de ellos a la cintura, mientras que el otro lo ataba a la pared. Entre ambos travesaños se colocaban las filas o porciones de hilos para el tejido. En cuanto a las prendas de vestir asumían caracteres específicos según se trate del hombre y de la mujer
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METALURGIA
Los hombres del incario desarrollaban la minería y la metalurgia ya que explotaron las vetas superficiales para la obtención del oro, plata y el cobre. El oro lo obtenían también en los lavaderos que practicaron en los ríos tales como por ejemplo en Sandia y Carabaya. Fundieron los minerales en hornos portátiles llamados huayras y los refinaban en los tocochimpus.

Conocieron la aleación del bronce (cobre + estaño) al que llamaron champi, y cuando efectuaron la conquista del Gran Chimú, entonces, trasladaron a los orfebres de esta región hacia el Cusco para que allí mostrasen sus habilidades y enseñasen a los pobladores de la región la mejor forma y manera de confeccionar finísimos objetos de oro y de plata.

Organización económica inca

La organización económica inca estuvo basada en el cultivo intensivo de la tierra, con lo cual se aseguraron el alimento, tanto individual como colectivamente. De la misma manera, procuraron satisfacer sus necesidades de vestido y de vivienda que son tenidas como fundamentales en el proceso de supervivencia del ser humano. Si bien es cierto que atendieron también a necesidades de orden secundario, sin embargo, esto no constituyó atención preferencial en el incario, ya que primó, sobre todo, la vida en comunidad y el bienestar colectivo.

PRODUCCIÓN
Para producir necesitamos el concurso de tres elementos (más propiamente fuerzas) que son: tierra, trabajo y capital.

La tierra, tenencia y distribución
La producción en el incanato descansó en el cultivo intensivo de la tierra o "pacha-mama". Nunca se dio más vinculación entre el hombre y la tierra que en esta época. Ella les suministró los productos necesarios para poder subsistir y a ella se dedicaron con gran ahínco; a ella vincularon sus fiestas, sus cánticos y sus danzas.

El único poseedor, o propietario de las tierras, en el imperio era el Estado, representado por el Inca. Sin embargo, con fines de trabajo, cultivo y usufructo, anualmente se procedía a su reparto de la manera siguiente:

a) Tierras del pueblo: Eran las que se adjudicaban a los miembros de los ayllus, cuyos productos les servía de sustento. Cada miembro varón del ayllu recibía un tupu u topo, mientras que a cada mujer se le asignaba medio topo. El topo no tenía una medida igual, sino que variaba de acuerdo a la fertilidad del suelo o si éste era de riego o de secano. Se estima, sin embargo, que su extensión debía satisfacer las necesidades de la familia. Anualmente se realizaba la distribución de tierras, señalando, también, las destinadas a los ancianos y desvalidos, cuyas parcelas eran trabajadas por los miembros de la comunidad bajo la forma del ayni. Al morir el individuo sus tierras volvían a la comunidad para ser repartidas nuevamente.

b) Tierras del Inca: Eran las áreas cuyos productos estaban destinados para la manutención de la Realeza y la Nobleza, los demás funcionarios y el ejército. El sobrante se guarda en graneros y almacenes y constituían provisiones para casos de epidemias, escasez o malas cosechas. Estas tierras eran cultivadas mediante la forma de minka.

c) Tierras del Sol: Eran aquellas cuyos productos estaban destinados al sostenimiento de los personajes dedicados al culto, como los Sacerdotes, las Vírgenes de Sol y para la preparación de ofrendas que se realizaban durante las fiestas religiosas. Eran trabajadas, también, bajo la forma de minka.


El trabajo
Representó la principal actividad del imperio que bien podría sintetizarse en la frase de "el que no trabaja no come". Precisamente por esto el trabajo tuvo estas tres características:

a) Obligatoriedad, todos los runas y en general todos los integrantes de los diferentes estratos sociales incas, deberían trabajar, nadie podía eximirse de ello.

b) Equidad, cada individuo trabajaba de acuerdo a su capacidad. No se dio el caso, que hoy presenciamos, de que personas fuertes efectúan trabajos fáciles y, por el contrario, personas débiles ejecutan trabajos pesados. Inclusive el trabajo era gradual en concordancia con el desarrollo y edad de los niños, jóvenes y adultos.

c) Alternabilidad, no siempre se trabajaba en lo mismo. Existían períodos de descanso y variación en el trabajo. Esto lo practicaron para desterrar el cansancio y el tedio o aburrimiento entre los miembros de la colectividad.

Sistemas o formas de trabajo
Las formas de trabajo durante el incanato fueron:

a) El ayni, que es el trabajo individual o colectivo de ayuda mutua. Tradicionalmente se ha resumido en la frase de "todos para uno y uno para todos". Esta forma se ejecutaba en las tierras del pueblo cultivando topo por topo colectivamente; cada familia ayudaba a sus vecinos y, luego, era ayudada en la labranza de su tierra, es decir, existió la reciprocidad en el servicio o prestación del trabajo (trabajo contra trabajo).

b) La minka, que era el trabajo, también colectivo, que se efectuaba en las tierras del Sol y del Inca o en algunas obras cuyo servicio iba destinado al bien público tales como caminos, puentes, obras arquitectónicas, etc. Aquí también existe la reciprocidad, pero en beneficio, ya que parte de los productos de las tierras trabajadas por este sistema se guardaban en los almacenes para casos de escasez de los cuales, entonces, se beneficiaba el pueblo, beneficio que también encontraba cuando utilizaban los caminos o los puentes que habían construido colectivamente.

c) La mita, era el trabajo por turno y obligatorio que se realizaba en faenas muy pesadas y penosas que exigían al máximo de esfuerzo como las minas, los cocales (por lo insalubre de la zona alto selvática que no colonizaron los incas), algunas obras públicas, etc. Esta forma la aplicaron para preservar el capital humano y no comprometer la salud de los trabajadores.

Capital
El capital como medio de producción, tal como ahora se entiende, no existió durante el régimen imperial inca. Por eso en este aspecto mencionamos únicamente la presencia del trueque mudo. Este consistió en el intercambio de producto contra producto que los interesados intercambiaban, por ejemplo, capas con maíz, hojas de coca con frutas, plumas con algodón, etc. Por lo demás, al no existir la propiedad privada, ni la empresa privada, se dio paso a la economía planificada estatal, este fue quien se preocupó de que el hombre, capital humano, estuviese asegurado en su satisfacción y bienestar para que pudiese rendir y producir en la medida que el Estado le exigiese y necesitase.

CIRCULACIÓN
La circulación de los productos con fines de comercio fue restringida, ya que la organización económica buscaba que cada individuo, ayllu, provincia o región se autoabasteciese. El traslado de los productos se hizo mediante los auquénidos, llama y alpaca y también a través de los llamados "indios cargueros", que eran quienes con los productos a la espalda los transportaban con suma agilidad por entre valles y quebradas de los andes y aún por los caminos de la Costa.

El comercio interno se realizó en poca escala mediante las llamadas "ferias", como las que se efectuaban en Pucará, Jauja. A su vez, el comercio exterior se practicó, más que nada, con fines de espionaje hacia los pueblos vecinos y por conquistar. Para ello surcaron el mar por medio de grandes balsas en las que llevaron los productos a intercambiar y que lo constituían objetos de oro, plata, brazaletes, piedras preciosas, etc., así arribaron a las costas del Ecuador, Colombia, Panamá y Centroamérica.

DISTRIBUCIÓN
Está representada por la forma cómo se almacenaron y guardaron los productos para su posterior uso en beneficio de la colectividad. Los depósitos tomaban el nombre de pirhuas o collcas y se construían fuera de los poblados, en "lugares altos, frescos y airosos, cerca del camino real". Existían variedad de depósitos, unos que almacenaban el maíz, otros los tubérculos, las frutas, la carne seca (charqui), las ojotas o calzado, etc. Dentro de esta variedad tenían prelación los depósitos destinados para el uso del ejército con provisiones de armas y de víveres, luego los del Inca y la realeza y, por último, los que abastecían a la comunidad en tiempos de calamidad pública.

CONSUMO
La necesidad consumitiva del habitante del imperio estaba asegurada, ya que el Estado como entidad previsora había concedido lo suficiente para subsistencia del individuo. En esta forma, el consumo equivalía a dar cada uno según su necesidad, tanto en alimentación, vestido y vivienda que, en alguna forma, eran los únicos rubros en donde se podría hablar y aplicar el concepto de propiedad. Como integrante de la comunidad el habitante producía, pero la comunidad le repartía lo que necesitaba para desarrollar las funciones que el Estado le exigía; el runa tenía poco pero no pasaba hambre, ni carecía de vivienda, ni de vestido. El sentido social y de seguridad social se hizo evidente en tiempos del Incanato.


Organización social inca

La sociedad incaica estaba basada en la estratificación de clases. Sin embargo, esta estratificación no era  cerrada, puesto que individuos de la clase popular podían ascender a los estratos sociales superiores. Estas clases fueron: la Realeza, la Nobleza y el Pueblo.

Realeza
Estaba representada por el Inca, la Coya y el príncipe heredero.

Inca; el soberano del Tahuantinsuyo, denominado "Inca" o "Sapainca", ejercía una soberanía absoluta y era venerado por su prosapia divina, uniéndose en él, el poder religioso y político, resumía en sí al Imperio todo. En este sentido, el Inca en su condición de Intipchurin (Hijo del Sol) era conocido como Señor de la Tierra y Ordenador del Mundo que buscaba el bienestar de sus súbditos. Era bondadoso pero severo, los méritos eran apreciados en toda su integridad pero, también, castigaba los delitos con gran sentido de justicia e imparcialidad.

Cada Inca construyó en el Cusco un magnífico palacio, en donde residía él y quienes estaban prestos a servirle constituyendo, así, la expresión de la clase dominante. Nadie podía mirarle de frente; para presentarse ante él había que hacerlo con una pequeña carga sobre la espalda y con la cabeza baja en señal de sumisión. Sólo los nobles más allegados le dirigían la palabra sirviéndoles de intermediarios con el resto de la población. El Inca era conducido el literas a través de su recorrido por el Imperio o caminaba bajo la achihua (quita sol) durante sus cortos desplazamientos por la Ciudad Imperial.

Como suprema autoridad del Imperio llevaba consigo los siguientes signos distintivos:

a). El Llauto, que era un turbante con los colores que representaba a cada uno de los Suyos.

b). La Mascaipacha, consiste en una borla de lana roja que simbolizaba el poder imperial y que le caía sobre la frente, cubriéndole, inclusive, parte de los ojos.

c). Las plumas del korekenke, que llevaba sobre la frente. El korekende era una ave sagrada y misteriosa que, según las leyendas, sólo aparecía a la muerte de algún soberano.

d). El Topa Yauri, especie de cetro de oro que era usado como insignia de mando.

e). El Waman champi, arma que tenía una punta en forma de estrella.

f). El Cápac unku, que consistía en un bello manto de vicuña que lo llevaba sobre la espalda.

Todas las prendas de vestir del Inca estaban fina y ricamente adornadas con filamentos de oro y de plata, así como con incrustaciones de turquesas y piedras preciosas.

La Coya; era la esposa legítima del Inca. Por lo general era su hermana de padre y madre y en caso de no ser así lo era su pariente más cercana. Este incesto real tenía por origen al Sol y a la Luna (que fueron hermanos y esposos, lo primero por ser hijos de un acro creacional de Huiracocha), habiéndolo guardado los Hermanos Ayar y muy especialmente Manco Cápac y Mama Ocllo, los fundadores del Imperio. La costumbre fue celosamente respetada por sus descendientes los Incas, sobre todo a partir de Pachacútec, monarca que insistió sobre este punto indicado que nunca lo debían descuidar los soberanos quechuas. En el transcurso de su vida diaria la Coya paseaba por los huertos reales entreteniéndose con las aves y animales que allí vivían y que eran obsequios de las distintas regiones del Tahuantinsuyo, especialmente de la selva; recogía y hacía ramos de flores, escuchaba música o danzaba, siempre acompañada por damas de la nobleza o personal femenino presto a atenderle y servirle.

La sucesión y el correinado; aún en vida los Emperadores Incas acostumbraron designar a su sucesor en el trono imperial. Este sucesor era el hijo mayor habido en la Coya (su esposa y hermana). De esta manera, si bien es cierto que a todos los príncipes legítimos se les denominaba Pihuichuri, en cambio el heredero, casado o soltero, recibía el nombre específico de Auqui. Este auqui era entrenado en las labores de gobierno acompañando al soberano en las diferentes jornadas de la administración pública y, a veces, tomando determinaciones por sí mismo a modo de correinado que lo iban preparando para asumir el trono imperial. En la mayoría de los casos el príncipe heredero era el encargado de realizar las campañas de conquista y asimilación de nuevos territorios, como en el caso de Túpac Inca Yupanqui, hijo de Pachacútec, que incorporó las vastas regiones del Gran Chimú al Tahuantinsuyo. De este modo los incas preparaban a quien, en el futuro, habrían de sucederles en el gobierno; así evitaron la incapacidad y la improvisación.


Nobleza
Se dividía en Nobleza de Sangre y Nobleza de Privilegio.

Nobleza y sangre; conformada por un grupo cerrado de familiares y parientes del Inca, que se hallaba en la cumbre de la organización social. A este grupo se le encomendaba todas las altas funciones del gobierno, del clero y del ejército. Poseía todos los atributos y privilegios. Estaba obligada, esta clase dirigente, a reunir especiales condiciones de orden físico, moral e intelectual, pues todos sus miembros deberían de demostrar su capacidad y virtudes para el ejercicio del gobierno. Debido a estas condiciones y a la preparación que recibían, llegaron a constituir una verdadera aristocracia.

Nobleza y privilegio; estaba conformada por aquellos personajes del pueblo que habían destacado en el desempeño de sus funciones y que a criterio del Inca y de su representante en las provincias, eran ascendidos a la categoría de nobles. Tal era el caso, por ejemplo, de los amautas, los quipucamayos y guerreros valientes que ganaban dominios para la monarquía imperial.

Pueblo
Constituía la base de la estratificación social. Era la clase actuante y dirigida que ejecutaba las grandes obras del imperio. Estaba formado por los siguientes grupos:

Los Hatun-runa; eran los hombres del pueblo, los ciudadanos comunes y corrientes con derechos y obligaciones que se dedicaban a las labores agrícolas. Formaban parte de los ayllus que se encontraban distribuidos por todo el territorio. Sobre esta gran masa descansaba el peso de la grandeza del Tahuantinsuyo.

Los Mitimaes; eran grupos de individuos que eran trasladados de una región de una región a otra. Algunos eran expertos colonizadores adictos al Inca, que conformaban la avanzada en la tarea de colonización, enseñando a los pueblos la civilización incaica. Otros, eran conformados por los grupos rebeldes a quienes se les trasladaba de un sitio a otro por medida de seguridad; mitimae o mitmaj, significa "el que se va".

Los Yanacuna; eran grupos de servidores "domésticos" que desempeñaban sus labores en la casa del Inca y de la nobleza. Estaban integrados por todos aquellos individuos pertenecientes a las tribus vencidas, a quienes se les había perdonado la vida con la finalidad de convertirse en elementos útiles al imperio. Conviene indicar que la condición de yanacuna se trasmitía de padres a hijos y, con razón, se les puede aplicar el calificativo de "servidores perpetuos". En el incanato no existió la esclavitud.

El Ayllu, base de la organización social

La organización social inca se basó en el ayllu, que es el conjunto de individuos o de familias unidas por ciertos vínculos. Estos vínculos, fundamentalmente, son:

a) Vínculo de sangre: es decir, todos los miembros integrantes del ayllu se consideran parientes entre si, descendientes de un tronco común. Son aylluni (parientes).

b) Vínculo de territorio: porque este conjunto de familias, consanguíneamente unidas, habitan en una determinada área geográfica o terreno conocido con el nombre de marka.

c) Vínculo económico: puesto que la habitabilidad en la marka les exigía trabajarla y hacerla producir, todos en conjunto laboraban para poder alimentarse. De allí que el vínculo económico esté representado por el trabajo en común y el usufructo de la tierra.

d) Vínculo religioso: consistía en la adoración al Sol, en tiempos de los incas.

e) Vínculo de idioma: mediante el cual se debía hablar el quechua como idioma principal del incanato y el mismo dialecto, o lengua regional si acaso la tuvieran.

f) Vínculo de tótem: la creencia, adoración y respeto que deberían tener todos los miembros del ayllu hacia el elemento o ser natural (rayo, trueno, relámpago, serpiente, cerro, mar, etc.) o sobrenatural (origen divino), en el cual creían que se había originado o salido la familia.

Sentido social del ayllu; planteados estos vínculos característicos del ayllu, podemos extraer su sentido social, esto es, el ayllu constituyó la base de la sociedad en el antiguo Perú. Fue la "célula familiar", sobre la cual descansaba todo el sistema organizativo imperial inca. Esta unión de los parientes o aylluni, sus creencias y costumbres, los impulsaba al progreso y desarrollo bajo la dirección y gobierno del jefe local o curaca, marcando con ello, al mismo tiempo, el avance de la civilización en la época inca.

Sentido económico; la economía pre-inca descansó en el cultivo intensivo de la tierra. Esto a su vez, tenía en el ayllu su expresión más digna, y que a través del vínculo económico todos estaban obligados a trabajar el territorio que habitaban para procurarse el sustento común. la tierra, pues, era activamente laborada y de ella, sea por cualquiera de las formas de trabajo imperante, se acaban los productos destinados tanto para la comunidad como para el Inca y el culto religioso. El territorio que habitaba el ayllu tomaba el nombre de marka.

Evolución; el ayllu fue de origen pre-inca, pero los gobernantes del Imperio lo adaptaron a su organización socio-económica y supervivió cuando la conquista española, llegando a nuestros días en que se les ha conocido como las Comunidades de Indígenas, o más específicamente ahora como las Comunidades Campesinas, que se ubican preferentemente en el medio Central (Sierra) y que están amparadas por las leyes y la Constitución del Estado. Ejemplo de estas comunidades las tenemos en Muquiyauyo (Junín), Chepén (Lambayeque), Vicos (Ancash).


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