A partir del siglo X surgió en la Europa medieval un régimen social y político llamado feudalismo, basado en una escala social en la que los nobles eran vasallos del rey y los campesinos vasallos de la nobleza. Al debilitarse la autoridad de los descendientes del emperador, creció la responsabilidad de los señores feudales o nobles, quienes se ocuparon de la defensa de los dominios imperiales. A medida que éstos adquirían màs facultades, iban afianzando su control sobre las tierras cuya vigilancia se les había confiado. Gradualmente, fueron convirtiéndose en una suerte de propietarios de los feudos a su cargo y comenzaron a explotarlos económicamente.
Posesiones y poder
La sociedad feudal, dividida de acuerdo con sus tareas y posesiones, estaba conformada por la nobleza, el clero y los campesinos. La nobleza, jerarquizada según su poderío, comprendía duques, marqueses, condes, vizcondes, barones, castellanos y caballeros. El clero estaba formado por personas pertenecientes a la Iglesia, muchas de las cuales eran nobles, que se convirtieron en señores a cargo de feudos eclesiásticos. Los campesinos también eran llamados villanos por agruparse en villas o aldeas. Se dividían en libres y siervos, los primeros eran vasallos voluntarios, podían cambiar de feudo y no necesitaban autorización para casarse. Debían pagar tributos en especias y trabajo. Los siervos, por su parte, no tenían ninguna libertad, eran comprados y vendidos con las tierras.
La sociedad feudal, dividida de acuerdo con sus tareas y posesiones, estaba conformada por la nobleza, el clero y los campesinos. La nobleza, jerarquizada según su poderío, comprendía duques, marqueses, condes, vizcondes, barones, castellanos y caballeros. El clero estaba formado por personas pertenecientes a la Iglesia, muchas de las cuales eran nobles, que se convirtieron en señores a cargo de feudos eclesiásticos. Los campesinos también eran llamados villanos por agruparse en villas o aldeas. Se dividían en libres y siervos, los primeros eran vasallos voluntarios, podían cambiar de feudo y no necesitaban autorización para casarse. Debían pagar tributos en especias y trabajo. Los siervos, por su parte, no tenían ninguna libertad, eran comprados y vendidos con las tierras.
Señores y vasallos
El rey era el primero de los señores, situado en la cúspide de una pirámide feudal en la que había señoríos mayores y menores. La doble función que cumplían los nobles, de jefes militares a cargo de la defensa de las tierras y de productores agrícolas, se tradujo en una singular estructura social. Las tareas desarrolladas por la comunidad se dividieron entre los señores y los campesinos. Los primeros se ocuparon de las funciones castrenses y los segundos de la producción. Europa se pobló de castillos, grandes fortificaciones donde los nobles se atrincheraban para repeler los ataques de invasores extranjeros o de otros nobles rivales. Tanto los señores feudales como los vasallos se refugiaban en estas fortificaciones ante situaciones bélicas. A cambio de la protección que el señor feudal debía otorgar a su vasallo, no sólo en el aspecto militar sino también en el familiar -no podía perjudicarlo en su patrimonio y debía hacerse cargo de la mujer y los hijos del servidor si éste moría-, el vasallo tenía otras obligaciones: debía colaborar con la defensa militar cuando se le requiriese, debía respetar un compromiso de fidelidad al señor y su familia, no podía desvalorizar ni perjudicar al feudo, estaba obligado a rescatar al señor si éste era tomado prisionero y, además, debía pagar por el casamiento de la hija del noble y por las armas y la cabalgadura del hijo mayor cuando se lo nombraba caballero.
El rey era el primero de los señores, situado en la cúspide de una pirámide feudal en la que había señoríos mayores y menores. La doble función que cumplían los nobles, de jefes militares a cargo de la defensa de las tierras y de productores agrícolas, se tradujo en una singular estructura social. Las tareas desarrolladas por la comunidad se dividieron entre los señores y los campesinos. Los primeros se ocuparon de las funciones castrenses y los segundos de la producción. Europa se pobló de castillos, grandes fortificaciones donde los nobles se atrincheraban para repeler los ataques de invasores extranjeros o de otros nobles rivales. Tanto los señores feudales como los vasallos se refugiaban en estas fortificaciones ante situaciones bélicas. A cambio de la protección que el señor feudal debía otorgar a su vasallo, no sólo en el aspecto militar sino también en el familiar -no podía perjudicarlo en su patrimonio y debía hacerse cargo de la mujer y los hijos del servidor si éste moría-, el vasallo tenía otras obligaciones: debía colaborar con la defensa militar cuando se le requiriese, debía respetar un compromiso de fidelidad al señor y su familia, no podía desvalorizar ni perjudicar al feudo, estaba obligado a rescatar al señor si éste era tomado prisionero y, además, debía pagar por el casamiento de la hija del noble y por las armas y la cabalgadura del hijo mayor cuando se lo nombraba caballero.
La vida en el Medioevo
La vida de los señores del Medioevo transcurría entre guerras, cacerías y juegos. Las batallas eran libradas permanentemente para defender o ampliar sus territorios. La caza no era sólo un pasatiempo, sino que también servía para procurar animales como alimento: jabalíes, osos y ciervos eran las presas más codiciadas. Los momentos libres eran dedicados a juegos, torneos y banquetes. Jugaban principalmente a los dados y al ajedrez, entretenimiento mediante el cual simulaban batallas. Los torneos eran ceremonias de ensayo de luchas organizadas con mucha anticipación, a las que concurrían las damas para alentar a sus combatientes favoritos. Las justas terminaban con grandes fiestas y banquetes.
La vida de los señores del Medioevo transcurría entre guerras, cacerías y juegos. Las batallas eran libradas permanentemente para defender o ampliar sus territorios. La caza no era sólo un pasatiempo, sino que también servía para procurar animales como alimento: jabalíes, osos y ciervos eran las presas más codiciadas. Los momentos libres eran dedicados a juegos, torneos y banquetes. Jugaban principalmente a los dados y al ajedrez, entretenimiento mediante el cual simulaban batallas. Los torneos eran ceremonias de ensayo de luchas organizadas con mucha anticipación, a las que concurrían las damas para alentar a sus combatientes favoritos. Las justas terminaban con grandes fiestas y banquetes.